Dubái. Los empleados de entregas de alimentos se declararon en huelga en Dubái el fin de semana, algo extremadamente inusual, en protesta por una reducción salarial y extenuantes condiciones laborales. El paro masivo paralizó una de las principales apps de entregas del país y revivió las preocupaciones sobre las condiciones laborales en el emirato.
La huelga comenzó la tarde del sábado y terminó la mañana del domingo, cuando la empresa londinense Deliveroo informó por carta a los conductores que restablecería el pago de 2.79 dólares por entrega en lugar de la tarifa propuesta de 2.38 dólares que provocó el paro laboral porque la compañía intentaba reducir costos debido al aumento de los precios del combustible.
La empresa respaldada por Amazon también dio marcha atrás en su plan de extender los turnos laborales a 14 horas al día.
Las huelgas son ilegales en los Emiratos Árabes Unidos, una federación autocrática de siete territorios gobernados por emires que prohíbe los sindicatos y penaliza el disentimiento. El gobierno de Dubái no respondió de momento una petición de comentario sobre la huelga.
Los trabajadores de entregas en Dubái, que se convirtieron en el principal soporte en el centro financiero cuando la demanda aumentó durante la pandemia, tienen pocas protecciones.
Para reducir los costos, empresas como Deliveroo subcontratan bicicletas, logística y responsabilidad a agencias de contratación, un esquema laboral que prevalece en los estados del Golfo Pérsico y puede generar abusos. Muchos migrantes pobres están sumidos en deudas por pagar a su contratista cuotas de visa exorbitantes para asegurar sus trabajos.
“Es claro que algunas de nuestras intenciones originales no han sido claras y escuchamos a los conductores”, dijo Deliveroo en un comunicado a The Associated Press. “Por lo tanto, hemos puesto en pausa todos los cambios y trabajaremos con nuestros conductores de agencias para garantizar que tenemos una estructura que funciona para todos y considera los intereses de nuestros conductores de agencia”.
El servicio británico de entrega de alimentos está valuado en más de 8 mil millones de dólares.