Estados Unidos no busca presionar a México para frenar los flujos migratorios. La intención es trabajar como aliados y alcanzar una coordinación al más alto nivel para contrarrestar el fenómeno, informó la Casa Blanca después de la conversación telefónica que ayer sostuvieron los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden.
El gobierno mexicano detalló que los dos principales temas entre los mandatarios fueron la novena Cumbre de las Américas –que se realizará en junio en Los Ángeles, California– y la migración, a fin de reforzar la colaboración bilateral para impulsar el desarrollo de Centroamérica.
El intercambio fue “cordial”, de acuerdo con López Obrador; mientras Washington lo calificó de “constructivo”. Aunque un punto que generó diferendos fue la exclusión de Cuba y Venezuela de la Cumbre, según fuentes de la cancillería mexicana.
La administración de Biden no contempla la presencia de los líderes de estas dos naciones, mientras México insiste en que deben estar todos los países de la región. Nicaragua –también excluida– anunció que no le interesaba asistir. El canciller Marcelo Ebrard resaltó en redes sociales la importancia de que estén presentes todos los países de América.
En un mensaje en Twitter, el presidente López Obrador indicó que en la charla con su homólogo “tratamos temas de interés en la relación bilateral y acordamos que el secretario Marcelo Ebrard visitará Washington el lunes para avanzar en temas de cooperación para el desarrollo y sobre la Cumbre de las Américas”.
Durante una conferencia de prensa en Washington, la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, fue interrogada si la administración de Biden pretendía presionar a México como lo hizo el ex presidente Donald Trump, quien en 2019 amagó con imponer aranceles en caso de que el gobierno de López Obrador no frenara los flujos migratorios. Lo que representó el episodio de mayor tensión entre las dos administraciones.
“El tono de la llamada fue muy constructivo. Esta no fue una llamada en la que el presidente Biden amenazara al presidente mexicano de ninguna manera. Han sido un socio importante; esperamos que sigan siéndolo”, respondió Psaki.
En Washington hay preocupación por el inminente incremento migratorio ante el probable cierre del Título 42, medida que Trump emprendió en marzo de 2020. Con el pretexto de evitar la propagación del covid-19 en Estados Unidos, se expulsaba a los migrantes que llegaban a la frontera sur de manera irregular, sin darles derecho a pedir asilo.
López Obrador ha buscado el apoyo de Washington para llevar opciones de desarrollo a Centroamérica como una medida para de-salentar la migración. La próxima semana, el mandatario mexicano visitará Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba. Uno de los ejes será esa temática.
La Casa Blanca informó en un comunicado que durante la llamada –que duró 52 minutos– los presidentes “acordaron mejorar nuestra colaboración para apoyar esfuerzos justos, humanos y efectivos con el fin de reducir la migración irregular y avanzar en nuestro objetivo compartido de que los países de la región mejoren su capacidad para gestionar sus fronteras en apoyo de los objetivos humanitarios y de seguridad”.
El gobierno mexicano, también en un boletín, detalló que Biden y López Obrador “enfatizaron la importancia del trabajo conjunto con otros países en la región, con el propósito de garantizar medios de vida seguros y sostenibles para sus respectivos ciudadanos y poblaciones migrantes, incluyendo la creación de empleos en Centroamérica y los esfuerzos de ampliar las vías legales para migrantes y refugiados”.
Más temas
Otros temas fueron: gestión económica, climática y energética; la lucha contra la corrupción; la modernización de la frontera común, y la relevancia que el corredor transoceánico en el istmo de Tehuantepec tendrá para América del Norte.
Sobre la negativa de México de sumarse a las sanciones contra Rusia por el conflicto en Ucrania, promovidas por Estados Unidos, la vocera de la Casa Blanca resaltó en su conferencia que nuestro país ha condenado la invasión.