Kabul. Una fuerte explosión acabó con la vida de más de 50 personas tras las oraciones de ayer en una mezquita de Kabul, informó una autoridad local, en medio de una serie de ataques contra objetivos civiles en Afganistán durante el mes sagrado musulmán del Ramadán.
La explosión afectó a la mezquita Khalifa Sahib, en el oeste de la capital, a primera hora de la tarde, declaró Besmullah Habib, portavoz adjunto del Ministerio del Interior, quien afirmó que el número de muertos confirmado es de 10.
El atentado se produjo cuando los fieles de la mezquita sunita se reunían después de las tradicionales oraciones para una congregación conocida como Zikr, un acto de recuerdo religioso practicado por algunos musulmanes pero considerado herético por ciertos grupos sunitas de línea dura.
Sayed Fazil Agha, director de la mezquita, expuso que un supuesto terrorista suicida se unió a ellos en la ceremonia y detonó los explosivos.
“El humo negro se elevó y se extendió por todas partes, los cadáveres estaban por todas partes”, comentó a la agencia de noticias Reuters, añadiendo que sus sobrinos estaban entre los muertos. “Yo sobreviví, pero perdí a mis seres queridos”.
Un residente de la zona, Mohammad Sabir, dio su testimonio de cómo subían a la gente a las ambulancias. “La explosión fue muy fuerte, pensé que mis tímpanos se habían roto”, afirmó.
El hospital de emergencia del centro de Kabul comunicó que 21 de los heridos en la explosión estaban bajo atención médica y dos pacientes fallecieron a su llegada. Una enfermera de otro nosocomio, que no quiso ser identificada, manifestó que recibieron a varios heridos en estado crítico. Una fuente del sector salud indicó que los hospitales habían recibido al menos 30 cuerpos en total.
Decenas de civiles afganos han muerto este mes en explosiones, algunas de ellas reivindicadas por el Estado Islámico. El atentado más reciente se produjo el último viernes del mes de Ramadán, en el que la mayoría de los musulmanes ayunan, y antes de la festividad religiosa del Eid de la próxima semana.
El ejército estadunidense abandonó el país el 30 de agosto de 2021, lo que puso fin a una ocupación militar de 20 años, en lo que combatió a grupos islamitas con las fuerzas de seguridad afganas, y dejó a Afganistán en manos de los talibanes.
El jefe supremo de Afganistán, Hibatulá Akhundzada, exhortó ayer a la comunidad internacional a reconocer al gobierno talibán y estimó que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas ayudaría a resolver los problemas del país.