La Paz, BCS., Baja California Sur padece estrés hídrico severo porque es el estado más árido del país, además de que ha prevalecido la escasez de lluvias en los últimos años, el aumento de la población, el desarrollo turístico en la zona, la falta de cobertura universal en los servicios de agua potable y las fugas en la red de distribución, explicó la doctora María Z. Flores López, responsable de la carrera de gestión y ciencia del agua de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
“Cinturón de los desiertos”
La especialista, quien pertenece al departamento académico de ciencias de la tierra, detalló que esta entidad se encuentra dentro de una franja alrededor del planeta que se denomina “cinturón de los desiertos”, donde el régimen de precipitaciones es muy escaso.
Manifestó que todo el territorio estatal padece desabasto de agua potable, en mayor o menor medida, pero sobre todo los municipios de Loreto, La Paz y Los Cabos.
Estos dos últimos, dijo, cuentan con un sistema de tuberías colapsado, por lo que 40 por ciento del recurso se pierde en filtraciones; además, ambos requieren un “reordenamiento territorial urgente”, porque la población aumenta, pero el suministro de agua no está garantizado en los próximos 20 años.
En estas demarcaciones, así como en Loreto, se maneja un esquema de “tandeo” para distribuir el líquido, y en zonas donde no hay cobertura de la red se recurre al abasto con pipas, “lo que representa un negocio impresionante”.
Flores López advirtió que aunque las autoridades han establecido estrategias para resolver la problemática, se requiere más financiamiento para supervisar las lluvias, instalar estaciones climatológicas, construir infraestructura hidráulica para detener el agua en la parte alta de las cuencas y propiciar la recarga de los acuíferos, pues la mayoría de los 39 que hay en la entidad están sobrexplotados.
En caso de que Baja California Sur continúe con el actual “esquema depredador” del líquido, indicó la docente, se llegará a un estado de “no retorno”, lo que pondría límite a las actividades turísticas y afectaría directamente a la economía.
“Nadie sabe en qué año va a suceder, pero lo que sí es seguro es que de seguir en el mismo esquema de no concientizar a la población, de que falte un modelo agrícola más sostenible con el medio, si no se establece un ordenamiento territorial para La Paz y Los Cabos (…) si todo eso no mejora, de aquí a 20 años el escenario será desolador”, recalcó.