Ciudad de México. Las plataformas de entretenimiento en línea, mejor conocidas como streaming, se han vuelto parte central del entretenimiento de millones de familias en México y en el mundo, lo que está derivando en una batalla de grandes firmas por allegarse más suscriptores, a costa de fragmentar contenidos y con ello encarecer precios.
La competencia consiste en ofrecer programas exclusivos, ya sea series o películas, pero también otros como contiendas deportivas, partidos de futbol o temporadas completas de ligas extranjeras de deportes, sin olvidar las plataformas de música. Ello orilla a las familias a contratar el servicio de una o más plataformas, lo que implica un mayor gasto fijo mensual.
Es común que entre más integrantes haya en una familia, más servicios de streaming se suele pagar para cubrir sus diversos gustos de entretenimiento.
Con suscripciones que van de los 79 hasta los 249 pesos, en México hay al menos 10 plataformas de streaming. Según información de The Competitive Intelligence Uniti (The CIU), el año pasado este rubro cerró casi en 12 millones de suscriptores.
De las familias que tienen acceso a contratar estos servicios, indicó The CIU, 56 por ciento sólo cuentan con recursos para contratar una, 27 por ciento tienen la capacidad para pagar dos y 17 por ciento tres o más.
“Lo que estamos viendo apenas es la punta del iceberg de estas plataformas, lo que se viene es una guerra de precios, paquetes con costos más bajos para lograr fidelidad entre los clientes y mayores contenidos en diversas plataformas”, señaló en entrevista Gonzalo Rojón, director de análisis de The CIU.
De acuerdo con The CIU, al cierre del año pasado, la plataforma de mayor presencia en México fue Netflix, pues concentró al menos 63.5 por ciento de los 12 millones de suscriptores; le siguió Disney+ con 12.6; HBO Max con 9.3; Amazon Prime, 7.1; Claro Video, con 3.6 y Blim TV con 1.9 puntos porcentuales.
Aunado a las plataformas de video, otro servicio que avanza en el país es el streaming de audio, con opciones como Spotify o Apple, cuyas suscripciones van de 115 a 175 pesos mensuales.
La diversión repercute en el bolsillo
Si bien el costo de los servicios de una plataforma es más barato que la cuota mensual de un servicio de televisión por pago o que una ida en familia al cine, al final, la suma de la contratación de varias plataformas de streaming termina abultando el gasto familiar.
Por ejemplo, el paquete más oneroso de ofertas como HBO Max, de 249 pesos, es mucho más económico que una ida al cine de cuatro miembros de la familia, que tan sólo en boletos, tendría que desembolsar un promedio de 320 pesos sin palomitas ni botanas. Pero si se considera la suma de varias plataformas juntas, el presupuesto se eleva.
Una familia que pretenda incluir en sus programaciones contenidos como series y películas, partidos de futbol, programas infantiles, canales de videos sin anuncios y música, y para ello recurra a opciones, por ejemplo, como Netflix, HBO Max y Disney+, YouTube Premium, además de Spotify o Apple Music, podría terminar pagando más de mil pesos mensuales en promedio. Eso sin considerar la cuota por el servicio de Internet.
Inflación también impacta al streaming
Pese al pujante ascenso de las plataformas digitales que han desplazado a otro tipo de negocios en el sector del entretenimiento, como la televisión por cable o de pago, el streaming enfrenta retos: no sólo la ardúa competencia, sino también la ola de elevada inflación a escala global que se ha dado desde el año pasado y que se ha recrudecido en lo que va de éste. El encarecimiento de la vida ha orillado a algunas familias a recortar gastos no esenciales.
Los efectos no se han hecho esperar. Netflix reportó la pérdida de 200 mil suscriptores en el mundo –0.1 por ciento del total de sus clientes– en el primer semestre del año. La primera merma de clientes en una década por parte de la firma que fue pionera de este sistema de entretenimiento y que durante años gozó de un mercado sin competencia, la ha llevado a replantear su estrategia de negocio y no descarta introducir publicidad a fin de abaratar sus precios, lo cual marcaría un hito en el mercado del streaming.