Dirigentes de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) acudirán la semana próxima a la Ciudad de México invitados por el Partido Acción Nacional (PAN), para intervenir en un encuentro donde se abordarán los “avances y retrocesos” democráticos en el continente.
La organización aglutina a partidos políticos de 23 países de la región, y sus dirigentes, entre los que se contempla podrán asistir Juan Carlos Latorre (de Chile), César Maia (de Brasil), y Roberto Enríquez (de Venezuela), se prepararán para elegir a la que será su nueva presidenta, Mariana Gómez del Campo, diputada federal del blanquiazul.
También se supo que el PAN y sus aliados de la ODCA preparan un encuentro al que serán convocados todos los partidos que la integran, para celebrarse en México en los próximos meses.
El propósito del evento será evaluar las circunstancias políticas que vive la democracia cristiana en la veintena de países del continente, entre ellas la promoción de programas políticos y la crítica y oposición a los gobiernos que denominan populistas.
La ODCA celebró el pasado 23 de abril sus 75 años de fundación, cuando en 1947 –en Montevideo– personajes demócrata-cristianos de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, con el respaldo de políticos de Bolivia y Perú, fundaron “un movimiento supranacional de bases y denominaciones comunes que tiene por finalidad promover, por medio del estudio y la acción, una verdadera democracia política, económica y cultural, sobre el fundamento de los principios del humanismo cristiano, dentro de los métodos de libertad, respeto a la persona humana y desenvolvimiento del espíritu de comunidad y contra los peligros totalitarios. La meta es realizar los principios del humanismo integral”.
Así, la ODCA se convirtió en la internacional de partidos demócrata-cristianos en la región, y en su congreso de 2000 se estableció la estrategia de “apertura con identidad”, con lo que amplió la participación a partidos humanistas y centristas cercanos a la democracia cristiana, mientras se declaró su proyecto político como centro humanista y reformista, concentrado en la promoción del desarrollo integral de la persona humana.