El ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, calificó ayer de “retórica de intimidación” la declaración de su par ruso, Serguéi Lavrov, sobre el riesgo de una guerra nuclear.
“Es una retórica de intimidación, son declaraciones exageradas e injustificadas que no corresponden a la realidad. Es un artificio destinado a intimidarnos y disuadirnos. No debemos ceder ante esto”, sostuvo Le Drian al canal France 2.
Lavrov refirió el lunes pasado que el riesgo de una guerra nuclear ahora es muy significativo y no debe subestimarse, mientras hay muchos dispuestos a “inflar artificialmente” esta amenaza.
El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió antier que “si alguien llega a atreverse a interferir en los acontecimientos y crear amenazas inaceptables para Rusia de carácter estratégico, debe saber que nuestros golpes de respuesta frontal serán demoledores y rápidos. Disponemos de todos los instrumentos necesarios, que en este momento nadie más puede presumir”, en lo que también fue interpretado como una nueva amenaza de que empleará su arsenal nuclear.
En tanto, Alemania seguirá prestando apoyo a Ucrania con los suministros de armas, declaró el canciller alemán, Olaf Scholz. El Parlamento en Berlín aprobó ayer una declaración que insta al gobierno a prestar todo tipo de ayuda a Ucrania, incluidas armas pesadas.
La ex república soviética recibió al menos 8 mil millones de dólares en ayuda militar por parte de la OTAN, indicó el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, ante el Parlamento Europeo y destacó que la Unión Europea y el bloque militar que encabeza están en solidaridad con Ucrania.
En Canadá califican actos rusos de genocidio
Por otro lado, la Cámara de los Comunes de Canadá aprobó por unanimidad una moción que reconoce la invasión rusa en Ucrania como un acto de “genocidio”. La resolución fue presentada por la diputada Heather McPherson, no es vinculante y no requiere que el gobierno canadiense tome ninguna medida, informó CBC News.
La moción señala que la matanza de civiles ucranios, la profanación de cadáveres, el traslado forzoso de niños ucranios a territorio ruso y las torturas y violaciones perpetradas por soldados rusos constituyen genocidio.
En aparente respuesta, Moscú publicó una lista de 592 ciudadanos canadienses, incluido el primer ministro Justin Trudeau, a quienes les prohíbe la entrada a territorio ruso “de manera permanente”.
También aparecen los ministros de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly; de Defensa, Anita Anand, y de Justicia, David Lametti, así como otros funcionarios, senadores, premieres provinciales, y ex parlamentarios. La cancillería rusa expresó que Moscú “busca relaciones mutuamente respetuosas y de buena vecindad con el pueblo canadiense, y pide a las autoridades de Ottawa que abandonen el rumbo ‘rusofóbo’ y no cumple con sus intereses nacionales”.