Miami. Es improbable que el gobierno del presidente estadunidense, Joe Biden, invite a los líderes de Venezuela, Nicaragua y Cuba a la próxima Cumbre de las Américas, indicó ayer un alto funcionario del Departamento de Estado, quien esquivó preguntas sobre un eventual papel del líder opositor de Venezuela en el encuentro.
La cumbre, que se realizará en Los Ángeles a principios de junio, estará centrada en la defensa de la democracia y los derechos humanos en el hemisferio, aunque también tratará la migración indocumentada, el cambio climático y los esfuerzos para garantizar un crecimiento equitativo a medida que la región emerge de la pandemia de covid-19, declaró el subsecretario de Estado Brian Nichols.
El principal diplomático estadunidense en el hemisferio occidental señaló que aún no se han enviado las invitaciones, pero aventuró que los presidentes Nicolás Maduro, de Venezuela; Daniel Ortega, de Nicaragua, y Miguel Díaz-Canel, de Cuba, no tomarían parte en el encuentro, al aseverar que la mayoría de los países de la región los consideran antidemocráticos.
“Es poco probable que estén ahí”, sostuvo.
Cuando se le presionó, Nichols se negó a decir si se invitaría al opositor venezolano Juan Guaidó, a quien Estados Unidos reconoció como “presidente legítimo” de Venezuela en 2019, y sólo dijo que “pronto” se tomaría una decisión.
La intriga sobre el papel de Guaidó surge cuando la administración de Biden ha dado pasos tentativos para volver a hablar con lo que Nichols llamó el “régimen” de Maduro. En marzo, tres altos funcionarios estadunidenses, incluido Juan González, del Consejo de Seguridad Nacional, viajaron en secreto a Caracas para reunirse con el gobernante venezolano.
La visita fue motivada, en parte, por las preocupaciones de seguridad nacional de Estados Unidos a raíz de la invasión rusa de Ucrania, que ha renovado el interés en Venezuela, aliado de Rusia que cuenta con las reservas de petróleo más grandes del mundo.
Maduro correspondió liberando a dos prisioneros estadunidenses y prometiendo reanudar las negociaciones con sus oponentes. Sin embargo, tras las críticas de algunos exiliados e incluso de algunos demócratas, ese diálogo entre Maduro y Estados Unidos aún no ha producido resultados concretos.