Con más de 30 años de trayectoria, el trovador Rafael Mendoza sigue “cantando lo que ocurre en su tiempo” y le gusta “acercarse al universo de la canción, sin prejuicios”.
El asunto, agregó el cantautor, “es que vivimos un momento en el que la música es muy diversa, la tenemos a la mano. Por esta razón, he querido escuchar, conocer, acercarme a este arte de mi tiempo, con la convicción de que es mío, me corresponde, me toca. Hay algunas formas de canción que me seducen, otras que me interesan mucho, a las cuales me he acercado con mi trabajo a lo largo de estos años”.
Mendoza, cerca de cumplir 62 años de edad, presentará el 6 de mayo su más reciente producción, Nada nos tira, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
Puntualizó: “En realidad todos mis discos son una especie de ensalada de formas de canción, géneros y éste no es la excepción; tenemos funk, blues, boleros, swing, baladas, son, cumbia, danzón; incluso un atisbo al rock, porque ésa es la música que me toca escuchar, la que considero mía y de mi país”.
En Nada nos tira, refrenda su mirada amplia y diversa en cuanto a géneros y formas de canción, y su amplio espectro temático, urgente, el de nuestro tiempo: la diversidad sexual, el amor, la vida y la muerte, la reciente pandemia y la esperanza, asuntos cotidianos llevados al canto para formar la banda sonora “de nuestra historia común”.
“Un álbum que me encanta”
Destacó: “Este disco lo empezamos a producir para celebrar mi 60 aniversario en 2020, pero llegó la pandemia y se detuvo, se quedó guardado sin terminar; sin embargo, durante el aislamiento social reanudamos el trabajo, y a principios de año, hicimos la mezcla y masterización, y quedó un álbum que me encanta”, disponible en plataformas digitales y en formato físico “para los fetichistas del objeto”.
Entre la decena de temas, Mendoza destacó Nada nos tira, que “escribí en 2017, como una carta para mi amigo el compositor Marcial Alejandro, quien murió en 2009; además de otras plasmadas entre 2017-2018, y Cuando se aclare el cielo, creada en agosto de 2020, en plena pandemia y cautiverio”.
Si escuchamos el disco, sostuvo, “entendemos un mensaje no de optimismo, sino de esperanza, de que la vida es posible, que ésta se mueve, que el mundo cambia, que estamos dentro de él, y, pues, hay que vivir, es lo que nos toca hacer. Nada nos tira es un grito, un poco arrogante, pero quienes hablamos en este momento, tú y yo, todavía estamos tabajando, soñando, imaginando y creando, nada nos tiró, ni la pandemia, aquí estamos vivos y eso me da mucho gusto”.
Tanto el disco como el concierto reúnen 10 nuevas canciones –originales, inéditas– que Rafael Mendoza compuso en años recientes, las cuales combinará con algunos de sus temas más interpretados por diversas voces de la escena nacional.
Hasta ahora, el cantautor suma 10 discos grabados. Sus canciones han sido interpretadas por Amparo Ochoa, Salvador El Negro Ojeda, Óscar Chávez, Betsy Pecanins, Eugenia León, Astrid Hadad, Lila Downs, Susana Harp, Iraida Noriega y Javier Gurruchaga, entre otros artistas.
En el recinto de Donceles, estará acompañado de un ensamble formado por destacados músicos de experiencia internacional: Rosino Serrano, en la dirección musical, además de los teclados; Paolo Marcellini, en el bajo eléctrico; Juan Antonio Ramos, en los alientos; Neto Reséndiz, en la guitarra eléctrica; Luis Huerta, en la batería, y Ernesto Anaya, instrumentos de cuerda y voces. Además, participarán como artistas invitados Eugenia León y Miguel Inzunza.
Composiciones femeninas
Otro aspecto que ha destacado en la trayectoria de Mendoza es su interés por la problemática que enfrentan las mujeres. “Esto ha generado canciones a las cuales llamo femeninas, pero esa situación es también de las personas, no sólo de las ellas, los hombres y las diversas opciones sexuales que hoy tenemos”.
En este sentido, agregó, en la producción incluí un tema que tiene que ver con la diversidad sexual, que se llama Bajo el arcoíris, celebrando que parejas de diversas opciones sexuales tengan la libertad de caminar de la mano, de manifestar su amor, afecto y deseo en la calle, sin que nadie las persiga o las agreda, lo cual es una ganancia en este mundo absurdo y casi primitivo, que de repente tiene gestos de inclusión y evolución”.
Inherente a Mendoza es su guitarra, a la que encontró en la adolescencia, como tantos jóvenes. “Lo que he hecho es tocar, llevarme con ella, intentar entenderla y juntarme con gente que sabe; he tomado talleres de armonía con mis colegas, en los que he adquirido conocimientos para ampliar mi vocabulario musical”.
De hecho, recordó, “cuando compuse Por las carreteras, que me grabó Amparo Ochoa, me convencí de que escribir canciones era lo mío. Quemé las naves de otros oficios, pues estudié ciencias de la comunicación, trabajaba en una institución pública de cultura; solté todo y me aferré a la guitarra. A partir de ahí, he remado con ella en la vida y aquí me tienen escribiendo canciones, haciendo discos y cantando donde se puede, todavía”.
Algunas de sus composiciones forman parte de cortos y largometrajes. Mendoza también realizó conciertos a distancia, imparte talleres de composición y ha producido discos de diversos cantautores; en 2011 obtuvo la Beca María Grever y fue miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, generación 2016-2019.
Además se ha presentado en foros y festivales de México, así como en ciudades de Estados Unidos y Europa.
El concierto Rafael Mendoza, Nada nos tira, el cual “celebra la vida y el rencuentro”, será el 6 de mayo a las 20:30 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, ubicado en Donceles 36, Centro Histórico, cerca del Metro Allende, con las disposiciones del semáforo epidemiológico vigente.