Base Aérea de Ramstein. Estados Unidos anunció ayer la creación de un grupo de contacto militar para Ucrania conformado por más de 40 países, a fin de garantizar la coordinación del suministro de armas a largo plazo para el país invadido, y desechó la amenaza de Moscú de que su apoyo a Kiev podría conducir a una guerra nuclear.
Las autoridades estadunidenses han cambiado el énfasis esta semana y han pasado de hablar sobre todo de ayudar a Ucrania a defenderse, al referirse de forma más audaz a una victoria ucrania que debilitaría la capacidad de Rusia de amenazar a sus vecinos.
Últimamente han aprobado envíos de cientos de millones de dólares en armas, incluidas artillería y aviones no tripulados que retuvieron en fases anteriores de la guerra, y quieren que sus aliados hagan lo mismo.
“Las naciones de todo el mundo están unidas en nuestra determinación de apoyar a Ucrania en su lucha contra la agresión imperial de Rusia”, declaró el secretario de Defensa, Lloyd Austin, al recibir a representantes de más de 40 naciones en la base aérea de Ramstein, Alemania, sede del poder aéreo estadunidense en Europa.
“Ucrania cree claramente que puede ganar, y también lo cree todo el mundo aquí. Estamos comprometidos a ayudar a ganar” al país eslavo, subrayó Austin.
Al informar sobre el encuentro, la agencia de noticias Ap señaló que “Estados Unidos presionó a sus aliados para que muevan ‘cielo y tierra’ con el fin de mantener a Kiev bien abastecida de armas”.
Austin señaló que el foro, con representantes de países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero también de Japón e Israel, será permanente y se reunirá de forma mensual para hacer seguimiento de la guerra y asegurar el apoyo militar a Kiev.
Con este paso, Washington pone los cimientos para un apoyo sostenido en el tiempo a Kiev, ante la nueva fase de la agresión rusa, que ahora tiene como objetivo el sur del país, la región del Donbás y el acceso a la región moldava de Transnistria. “Queda claro que las próximas semanas serán cruciales para Ucrania y tenemos que movernos a la velocidad de la guerra”, comentó.
El jefe del Pentágono también consideró que, en el futuro, Ucrania “volverá a solicitar su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte”.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, denunció la “retórica escaladora” del canciller ruso, Serguei Lavrov, quien antier advirtió del peligro de una tercera guerra mundial. “Obviamente no es útil, no es constructiva, y ciertamente no es indicativa de lo que una (potencia mundial) responsable debería hacer en la esfera pública”, afirmó.
“Una guerra nuclear no puede ganarse y no debería librarse. No hay ninguna razón para que el actual conflicto en Ucrania llegue a ese nivel”, sentenció.
Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, afirmó que “si Rusia se sale con la suya, también se irá el llamado orden internacional, y si eso sucede, entonces entraremos en una era de “inestabilidad seriamente aumentada”, y calificó de “completamente irresponsable” la advertencia de Lavrov.
En un cambio notable, Alemania, cuyo gobierno se había visto presionado tras rechazar las peticiones ucranias de armamento pesado, informó que enviará tanques ligeros Gepard con cañones antiaéreos.
Países Bajos suministrará “un número limitado” de obuses blindados del tipo Panzerhaubitze 2000 a Kiev, declaró el gobierno neerlandés, tras matizar que aprender a manejarlos puede tomar “semanas, incluso meses”.
Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadunidense, afirmó que el presidente ruso, Vladimir Putin, “no es serio” en las negociaciones para poner fin a la guerra, pese a los esfuerzos internacionales.
Mientras, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas adoptó ayer, por consenso, la resolución que obliga a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad a que justifiquen su recurso del veto, reforma relanzada a raíz de la ofensiva rusa a Ucrania.
En otro orden, Estados Unidos ofreció ayer recompensas de 10 millones de dólares por seis agentes de la inteligencia militar rusa acusados de perpetrar ciberataques que devastaron empresas en todo el mundo en 2017.