Guadalajara. A petición de la Comisión Nacional del Agua, unos 600 funcionarios públicos de dependencias locales y federales participaron en el desalojo de 70 fincas construidas de forma irregular en el cauce del Arroyo Seco, en la colonia Miramar de Zapopan, en las cuales el año pasado estuvo a punto de ocurrir una tragedia debido que tres veces se inundó la zona por crecientes de agua y lodo desde el bosque de La Primavera.
Personal de la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad, Protección Civil Jalisco y Protección Civil de Zapopan y Guadalajara, además de funcionarios de Obras Públicas, Mejoramiento Urbano y Sindicatura de Zapopan, son los responsables del desalojo y destrucción de viviendas en el cauce del peligroso arroyo.
Aunque el gobierno estatal dijo que el dispositivo de desalojo “tiene como encomienda deshabilitar construcciones semifijas que traen consigo la obstrucción del cauce natural y su zona federal”, las al menos 20 viviendas destruidas este miércoles incluyeron fincas bien construidas con ladrillos y techo de cemento y no solo pequeñas viviendas improvisadas, la mayoría de estas habitadas por familias migrantes indígenas.
“Las personas que habitan de forma irregular en la zona de riesgo contarán con apoyo por parte de los gobiernos de Jalisco y Zapopan, teniendo a su disposición albergues transitorios con suficiente capacidad para brindar atención a las personas retiradas de la zona peligrosa, además de acompañamiento legal; transporte de pertenencias y apoyo en especie”, se informó.
Sin embargo nadie había solicitado a las autoridades estar en alguno de los dos albergues habilitados, pero sí abundaron los testimonios de personas engañadas porque les habían vendido los terrenos señalando que se trataba de propiedad ejidal, cuanto en realidad se trata de terrenos federales al estar en el cauce del arroyo.
Una mujer otomí que se identificó como Martha, dijo que muy temprano por la mañana llegaron “policías antimotines” y sin mediar explicación comenzaron a pedir a los habitantes que salieran de sus casas.
“No sabemos ni por qué, no nos dijeron nada, llegaron tirando casas incluidas las bien hechas. Estamos encerradas, ocupamos una ayuda porque tenemos nuestra familia y no sabemos a donde ir, muchas personas quedaron sin casa y sin nada, estamos aquí porque no tenemos donde estar, donde vivir, ayúdenos por favor”, dijo.
En la misma situación se encuentran familias purépechas, a quienes el año pasado tras las inundaciones les dijeron que iban a ser reubicados, lo cual nunca sucedió y ahora se dijeron sorprendidos de que tienen que sacar sus cosas de sus casas antes de ser derruidas.
Además de los más de 600 funcionarios públicos participantes en el desalojo, también se contó con 148 vehículos, varios de los cuales fueron usados para transportar los menajes de casa a bodegas donde permanecerán hasta que sus dueños los reclamen, una vez reinstalados.
Según las autoridades se había avisado con oportunidad del desalojo y destrucción de viviendas y todos los habitantes estaban conscientes de vivir en una zona de riesgo especialmente durante el temporal de lluvias.
Apenas la noche del martes cayó la primera tormenta en el área metropolitana de Guadalajara que, acompañada de fuertes vientos, hizo que cayeran al menos 20 árboles en la ciudad, aunque no se presentaron inundaciones.