Ningún estadio deportivo es al mismo tiempo una galería de arte, afirma orgulloso el empresario Alfredo Harp Helú, en la inauguración del Museo de los Diablos Rojos del México, ubicado en el inmueble de la novena escarlata. Un espacio, además, dedicado al artista oaxaqueño Francisco Toledo y sus metamorfosis con el mundo de la pelota.
“Ni en Grandes Ligas, que tienen estadios maravillosos”, añade Harp Helú, presidente de los Pingos; “a mí en lo personal me encanta el de los Padres de San Diego, pues ni ellos tienen un recinto como el de Diablos con un museo histórico y una sala dedicada a Francisco Toledo”.
El beisbol tendió un puente inquebrantable entre Harp Helú y Toledo, ambos apasionados por la pelota. No había conversación en la que el diamante no saliera a la mesa. Pero la simbiosis que dio origen a varios de los proyectos que hoy se exhiben tanto en la sala del museo como en las rejas del estadio surgió en 1996, cuando el pintor oaxaqueño les obsequió una obra en la que una calaca lanzaba pelotas desde el montículo. “Hice algo para ustedes, si les gusta se lo pueden quedar”, les dijo el artista.
Una gráfica que tiene el sello inconfundible de Toledo, las pinceladas que parecen hechas de barro, de tierra colorada oaxaqueña, calacas y peloteros que no dejan de recordar la zoología del artista. La metamorfosis del mono, la calaca, el conejo, la liebre y el beisbol.
“A Toledo le apasionaba el beisbol, igual que a mí, eso nos unió y aquí está la huella de esa amistad y nada es más bonito que poder compartirlo con la gente, no sólo con los aficionados de los Diablos, sino también con los seguidores del beisbol en general o del arte”, comenta emocionado.
También están los bocetos que el artista oaxaqueño hizo en un arrebato de inspiración para engalanar los alrededores del estadio, las rejas alusivas al juego, con bates y pelotas en herrería.
En el museo histórico se puede atestiguar un recorrido de ocho décadas de los Diablos y sus distintas casas, desde el Parque Delta al Alfredo Harp Helú. Un trayecto en el que cosecharon 16 títulos de liga que los convierte en la novena más ganadora de la Liga Mexicana de Beisbol.
“No sabría decir qué falta en esta colección de toda una vida”, dice Harp Helú; “no me gusta pensar que algo tiene fin, me gusta el dinamismo. Siempre habrá algo que podría incorporarse y enriquecer una colección”.