Fugaz fue la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la copia de la Capilla Sixtina. Junto al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, el mandatario federal recorrió la exhibición.
La agenda contemplaba un acto protocolario con motivo de los 30 años de relaciones entre nuestro país y el Vaticano, pero “por razones de tiempo” al final se limitó a realizar un recorrido de sólo 10 minutos. El Presidente no desaprovechó la oportunidad para hacer patente que en la carrera para 2024 aún no hay puntero.
“Claudia y Marcelo”, llamó a la jefa del gobierno capitalino y al canciller –que lo acompañaban– para que posaran los tres para la foto. Él mismo se ha referido a Sheinbaum y a Ebrard como sus posibles sucesores.
Minutos antes de las 11 de la mañana, López Obrador salió de Palacio Nacional, junto con el representante del Vaticano y su comitiva. Con ellos venía el secretario de Gobernación, Adán Augusto López. En la puerta central del recinto, justo al pie del histórico balcón, los esperaban la jefa de Gobierno, el canciller y la titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
Un solitario y silencioso Zócalo –rodeado de vallas debido al acto– permitió que en la transmisión oficial se escuchara parte del diálogo entre el mandatario y el emisario del Vaticano, quien mostró su sorpresa de que una mujer encabece la seguridad pública del país.
“Aquí hay manifestaciones por todo: porque no hay agua…”, contó Sheinbaum a Parolin, quien enseguida pidió que posaran para la fotografía. El mandatario se colocó en medio de la comitiva con la titular del Ejecutivo local a su derecha y el canciller a su izquierda. Ebrard llamó a la secretaria de Seguridad Pública junto a él y ella lo tomó del brazo.