“¡No nos maten! ¡No nos maten!”, fue el grito que retumbó en las calles, cuando centenas de mujeres y familiares de desaparecidas y víctimas de feminicidio caminaron del Monumento a la Revolución rumbo al búnker de la Fiscalía General de la Ciudad de México. Y preguntaban: “¿En dónde están? ¿En dónde están los policías que nos iban a cuidar?”.
La mayoría mujeres jóvenes vestidas de blanco, pocas del llamado bloque negro, acudieron a la marcha convocada por diversas organizaciones, tras el hallazgo el jueves del cuerpo sin vida de Debanhi Escobar en Nuevo León.
Custodiadas por más de 200 ateneas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes portaban extintores y se protegían con sus escudos, en los que las manifestantes colocaron fichas de búsqueda, avanzaron de manera pacífica hacia las instalaciones de la fiscalía, las cuales por primera vez fueron blindadas con tapiales metálicos de dos metros de altura.
Durante el camino, que se llevó 49 minutos y seis paradas, en las paredes, postes de luz y en las vallas que resguardaban el búnker pusieron flores y las fichas de decenas de mujeres desaparecidas. Sin contratiempos llegaron a su destino. Después caminaron a la jefatura general de la Policía de Investigación, donde sin éxito trataron de romper el cristal de la recepción. Intervino un grupo de ateneas, lo que generó un pequeño conato de violencia. Después se dirigieron a las instalaciones de la Fiscalía de Investigación del Delito de Feminicidio, en Río de la Loza 156.
Ahí se sentaron en el asfalto, para escuchar los testimonios de familiares de mujeres desaparecidas y víctimas de violencia. Entre ellos, el caso de Sandra Hernández, quien tiene cuatro hijos y desapareció el 12 de abril; su familia exigió dar con su paradero. Los allegados de Janette Tafoya, de Patricia Reyes Ríos, de María Elizabeth y de Kathy demandaron a las autoridades judiciales actuar contra sus agresores.
La fiscalía capitalina expresó, a través de redes sociales, “su profundo respeto a las manifestaciones contra la violencia hacia las mujeres y a favor de la paz. Escuchamos a las mujeres y les brindamos atención, así como protección, a quienes son víctimas”.
Los volantes con imágenes de las mujeres fueron las huellas que dejaron en su camino las manifestantes, y en ellos dieron cuenta de decenas de desapariciones. Mariana Noemí Hernández, de 18 años, fue vista por última vez en Chimalhuacán, estado de México. Ana Victoria Ruiz Palacios, de 32, fue vista por última vez cerca de Tultitlán. Sandra Anayeli Hernández Cruz desapareció en el Parque Metropolitano, alcaldía Gustavo A. Madero. “¿Dónde están? ¿Dónde están? ¿Nuestras hijas dónde están?”.