Nueva York., Líderes sindicales de varios gremios y políticos progresistas nacionales, entre ellos el senador Bernie Sanders, festejaron el primer triunfo sindical contra la poderosa empresa Amazon hace tres semanas –evento que sacudió tanto a la cúpula empresarial como a la sindical tradicional– en vísperas de lo que podría ser la segunda planta de esa empresa en votar por formar un gremio.
El senador y dos veces candidato presidencial Bernie Sanders, quien se identifica como un socialista democrático y según sondeos es el político electo más popular de Estados Unidos, declaró ante cientos de trabajadores y sus simpatizantes congregados en una de las entradas de uno de los megacentros de distribución de Amazon en Staten Island, ciudad de Nueva York –donde el 1º de abril se votó por la sindicalización de sus más de 8 mil trabajadores– que el triunfo contra una de las empresas más poderosas aquí inspira a los trabajadores del resto del país.
“Lo que ustedes están haciendo aquí es enviar un mensaje a todos los trabajadores de Estados Unidos: que ha llegado la hora de levantarnos contra nuestra oligarquía, contra esta excesiva avaricia empresarial y crear una economía que funcione para todos, y no sólo algunos. La gente trabajadora está harta de quedarse cada vez más atrás, mientras multimillonarios como Bezos (en referencia al fundador de Amazon, Jeff Bezos, uno de los hombres más ricos del planeta), se vuelven mucho más ricos”.
La presidenta del sindicato nacional de sobrecargos, Sara Nelson, habló de la larga historia de luchas sindicales y las de ahora, entre ellas la huelga minera en Alabama, que cumple un año, y enfatizó que en este país “no hay ninguna chingada paz laboral (…) los ricos sólo tienen el control hasta donde nosotros lo permitimos”. Declaró: “represento a 50 mil sobrecargos, algunas de las cuales están volando en aviones sobre nosotros ahora mismo, haciendo llover solidaridad con este evento desde los cielos”.
La diputada Alexandra Ocasio Cortez (AOC) exclamó que esta lucha le recuerda a los multimillonarios como Bezos que “Nueva York es una ciudad prosindical”, y que aquí se apoyan las luchas por derechos básicos de los trabajadores.
Chris Smalls, el ahora presidente del recién triunfante sindicato independiente Amazon Labor Union (ALU), vestido de rojo y negro, con una chamarra que dice atrás: “Coman a los ricos (Eat the Rich)”, fue el anfitrión de este “domingo de solidaridad”, declarando que “uno necesita el apoyo de políticos, necesitamos el apoyo de la comunidad, y hoy fue un buen ejemplo y un buen inicio (…) no podríamos pedir nada mejor que tener a Bernie y AOC”.
Smalls elogió la presencia de dirigentes de diversos sindicatos, entre ellos la del gremio nacional de maestros (UFT) y el de trabajadores postales (APU) como representantes locales de los gremios de la construcción, los transportistas (Teamsters) y los de transporte publico (TWU), trabajadores del sindicato de servicios (SEIU) y el de alimentos (UFCW), como organizaciones de trabajadores inmigrantes, entre otros.
El triunfo del ALU tomó por sorpresa a la cúpula sindical, mucha de la cual descartó la posibilidad de ganar contra Amazon y sus esfuerzos antisindicales multimillonarios, y no brindó apoyo a la pequeña banda de trabajadores, encabezados por Smalls, que había sido despedido por la empresa, quienes emplearon tácticas innovadoras para construir la solidaridad desde abajo entre los trabajadores.
Algunos de los oradores criticaron la ausencia de los grandes sindicatos y figuras políticas progresistas durante la lucha inicial, pero la presencia de varios dirigentes en el acto fue no sólo para reparar el error, sino festejar lo que algunos, incluido Smalls, llamaron un primer paso en un renacimiento de movimiento laboral estadunidense. “Aquí empieza una revolución”, declaro Smalls.
La votación de casi 2 mil trabajadores para sindicalizar el segundo megacentro de Amazon al otro lado de la calle de la planta donde se realizó el primer triunfo inicia el lunes, y todos, desde la cúpula empresarial, a los políticos y los sindicatos por todo el país están atentos sobre si se puede repetir el milagro y marcar un segundo triunfo contra una de las empresas más ricas y poderosas del planeta.
“No les tenemos miedo”, afirmó uno de los trabajadores jóvenes organizando la campaña de sindicalización que culminará esta semana. Comentó que estaba leyendo Las uvas de la ira, de John Steinbeck, donde encontró que el autor señala que el punto clave en toda lucha de trabajadores contra los empresarios “es el momento en que el ‘yo’ se convierte en ‘nosotros’ (…) eso es lo que intentan frenar los empresarios, pero ahora les podemos decir a Bezos y sus colegas que fallaron en detectar ese momento, ya es demasiado tarde; ya nos convertimos en un ‘nosotros’”.