A casi dos meses del comienzo de la guerra en Ucrania, la paz no está a la vista. De hecho, el nivel de destrucción se ha intensificado, y en ambos bandos parece quedar poca esperanza de lograr pronto un acuerdo pacífico. Más aún, la situación internacional también es candente, pues algunas naciones europeas neutrales consideran unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), hecho que llevó a que el Kremlin amenazara con desplegar armas nucleares en la región del Báltico, si eso llega a suceder.
En la siguiente entrevista para el portal Truthout, el renombrado intelectual Noam Chomsky analiza estos hechos y enfatiza que se debe priorizar salvar vidas humanas –y no castigar a Rusia– para determinar los pasos a seguir.
C. J. Polychroniou: Noam, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo la semana pasada en una conferencia de prensa conjunta con su aliado, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que las conversaciones de paz llegaron a un “punto muerto” y que la invasión procede como fue planeada. De hecho, juró que la guerra continuará hasta que los objetivos de la invasión se hayan alcanzado. ¿Quiere Putin la paz en Ucrania? ¿De verdad está en guerra con la OTAN y Estados Unidos? Si es así, y en vista de lo peligrosa que ha sido hasta ahora la política de Occidente hacia Rusia, ¿qué puede hacerse para prevenir que todo un país sea, potencialmente, borrado del mapa?
Noam Chomsky: Antes de entrar a esta discusión, quiero enfatizar nuevamente un punto importante: nuestra preocupación principal debe ser pensar cuidadosamente qué podemos hacer para poner fin rápidamente a la invasión criminal rusa y salvar a las víctimas ucranias de más horrores.
“Existen, básicamente, dos formas de poner fin a la guerra: un acuerdo negociado diplomáticamente, o la destrucción de una de las partes, ya sea con una agonía veloz o prolongada. No será Rusia la que quede destruida. No es objeto de controversia el hecho de que Rusia tiene la capacidad de desaparecer a Ucrania, y si Putin es puesto entre la espada y la pared, la usará. Esa es seguramente la expectativa de quienes retratan a Putin como un ‘loco’ inmerso en alucinaciones de nacionalismo y aspiraciones globales absurdas.
“Pero esa condición es, desafortunadamente, necesaria. Existen voces respetadas en la corriente dominante que sostienen dos posturas simultáneas: 1) Putin es, en efecto, ‘un loco desquiciado’ capaz de todo y que puede reaccionar con una violenta venganza si se le arrincona, o 2) “Ucrania debe ganar. Ese es el único resultado aceptable”. Podemos ayudar a Ucrania a derrotar a Rusia, dicen, proveyendo avanzado equipo y entrenamiento militares para arrinconar a Putin.
“Ambas posturas sólo pueden provenir de personas a quienes les importa tan poco la suerte de los ucranios que están dispuestos a hacer un experimento para ver si el ‘loco desquiciado’ se repliega derrotado o utiliza la descomunal fuerza a su disposición para destruir a Ucrania. Con cualquiera de las opciones, quienes tienen esta visión ganan. Si Putin acepta calladamente la derrota, ganan; si desaparece a Ucrania, ganan: en ambos casos se justificarán medidas más duras para castigar a Rusia. No es trivial que esta disposición a jugar con las vidas y el destino de los ucranios sea tan bien vista, e incluso considerada una postura noble y valiente.
“Dejando de lado calificativos –lo cual desafortunadamente es necesario en esta cultura– la respuesta a la pregunta parece muy clara: hay que involucrarse en esfuerzos diplomáticos serios para poner fin al conflicto. Desde luego, esta no es una respuesta para aquellos cuyo objetivo primordial es castigar a Rusia: combatir a Rusia hasta el último ucranio, que es como describe el embajador Chas Freeman a la política estadunidense actual.
“La estructura básica de un acuerdo diplomático se tiene clara desde hace mucho tiempo y ha sido reiterada por el presidente ucranio, Volodymir Zelensky. Lo primero es una neutralización de Ucrania y darle un estatus como el de México y Austria. En segundo lugar, está quitar de la mesa el tema de Crimea. Tercero: llegar a acuerdos para que exista un alto nivel de autonomía en el Donbás.
“La política oficial estadunidense insiste en rechazar todo esto. Altos funcionarios no sólo admiten que antes de la invasión rusa a Ucrania Estados Unidos no hizo esfuerzo alguno por atender una de las preocupaciones de seguridad más recurrentes en el discurso de Putin: la posibilidad de que Kiev se uniera a la OTAN. Se enorgullecen de haber tomado una posición que bien pudo haber sido el factor que impulsó la agresión criminal de Putin. Estados Unidos continúa con esa postura, con lo que obstaculiza la vía hacia un arreglo negociado dentro de lineamientos ya aceptados por Zelensky.
“¿Puede alcanzarse un acuerdo dentro de estas líneas generales, como parecía posible antes de la invasión rusa? Sólo hay una manera de averiguarlo: intentándolo. El embajador Freeman no está solo entre los analistas occidentales que reprochan al gobierno estadunidense ‘estar ausente (de los esfuerzos diplomáticos), y en el peor de los casos, incluso de oponerse implícitamente a ellos’ con sus actos y retórica. Eso, señala Freeman, ‘es lo opuesto del liderazgo y la diplomacia’, y un amargo golpe contra los ucranios que sólo prolonga el conflicto.
“En conferencia de prensa, Putin pareció unirse al ‘lado opuesto del liderazgo y la democracia’ y afirmó que no dejaba fuera ninguna opción. Si las pláticas de paz están ahora en un ‘punto muerto’, eso no quiere decir que no puedan reanudarse, idealmente con la participación comprometida de China y Estados Unidos.
“Una medida que Estados Unidos puede usar surgió de los pasillos de la escuela de leyes de Harvard, en el supuesto extremo liberal de la opinión. El profesor emérito Laurence Tribe y el estudiante de derecho Jeremy Lewin propusieron que el presidente Joe Biden siga el precedente de George W. Bush en 2003 cuando se apropió de ‘fondos iraquíes depositados en bancos estadunidenses y destinarlos a ayudar al pueblo iraquí y compensar a las víctimas de terrorismo’.
“Volviendo a la conferencia de prensa, Putin dijo que la invasión procedía según lo planeado y continuaría hasta que los objetivos iniciales fueran alcanzados. Si el consenso de los analistas políticos occidentales y las élites políticas son en algo acertados, ésta es la forma de Putin de reconocer que su meta original de conquistar rápidamente a Kiev e instalar a un gobierno títere fue abandonada a causa de la fiera y valiente resistencia ucrania que demostró que militarmente Rusia es un tigre de papel incapaz de conquistar ciudades que están a pocos kilómetros de su frontera y son defendidos por una milicia civil.
“Los consensos de expertos tienen conclusiones de mayor alcance: Estados Unidos y Europa deben dedicar mayores recursos para protegerse del próximo ataque del rapaz monstruo que está listo para atacar y dominar a la OTAN y a Estados Unidos. La lógica es abrumadora.
“De acuerdo con el consenso, Rusia ahora revisa planes, antes desechados, de concentrar un ataque mayor sobre la región del Donbás, donde se reporta que unas 15 mil personas han sido asesinadas desde el levantamiento de Maidan en 2014. ¿Por quienes? No debe ser difícil de determinar con los muchos observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa que están en el terreno.
“Me parece exagerado concluir que Putin busca una guerra con la OTAN y Estados Unidos, pues sería autoaniquilarse. Creo que él quiere la paz… en sus términos. ¿Qué monstruo no lo quiere? Sólo podemos descubrir dichos términos a través del ‘liderazgo y la diplomacia’.
“Volviendo al punto esencial, deberíamos hacer lo posible por poner fin a la agresión criminal y hacerlo de una forma en que salve a los ucranios de más sufrimiento y la posible desaparición. Lo que podría ocurrir si Putin y su círculo son acorralados sin salida.”
–Existen reportes no confirmados de que Rusia ha usado armas químicas en la ciudad ucrania que ha sido, quizá, la más brutalmente atacada, Mariupol. A cambio, el gobierno británico se apresuró a anunciar con temeridad que ‘todas las opciones están sobre la mesa’ si estos reportes son ciertos. En efecto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya afirmó que algo así ‘cambiaría totalmente la naturaleza del conflicto’. ¿Qué significa esto y cómo se puede incluir ese escenario si la guerra en Ucrania se vuelve nuclear?
–La frase “todas las opciones están sobre la mesa” es normal en eso que pasa por liderazgo en Estados Unidos y Gran Bretaña, en violación directa de la Carta de Naciones Unidas, y de la Constitución estadunidense, si es que a alguien le importa. No sabemos qué pueden tener en mente quienes regularmente hacen estas declaraciones.
–Finlandia y Suecia parecen estar adoptando la idea de unirse a la OTAN. En caso de que esto ocurriera, Rusia ha amenazado con desplegar armas nucleares y misiles hipersónicos en la región del Báltico. ¿Tiene sentido que naciones neutrales se alíen a la OTAN?
–Retomemos el abrumador consenso de los analistas militares occidentales y las élites políticas: el ejército militar es tan débil e incompetente que no pudo siquiera conquistar ciudades cercanas a su frontera que fueron defendidas sólo por milicias civiles. Por lo tanto, aquellos con un imponente poderío militar deben temblar de miedo por su seguridad ante tamaño poderío castrense. Uno debe entender por qué esta concepción debe ser la favorita en las oficinas de Lockheed Martin y otros contratistas militares que figuran entre los principales exportadores de armas del mundo, al ver la posibilidad de nuevos prospectos que podrían enriquecer aún más sus arcas, ya repletas.
“Rusia sí tiene armas avanzadas que pueden destruir (aunque evidentemente no conquistar), por lo que la experiencia ucrania se usa como indicador. Que Finlandia y Suecia abandonen su neutralidad al unirse a la OTAN puede incrementar la posibilidad de que Rusia utilice dichas armas. Dado que es difícil tomar en serio el argumento de la seguridad, esa parece ser la más probable consecuencia de unirse a la alianza.”
Entrevista publicada en Truthout en: https://truthout.org/authors/c-j-polychroniou/..
Versión completa en: https://jornada.com.mx/notas/2022/04/24/mundo/chomsky-nuestra-prioridad-en-ucrania-deberia-ser-salvar-vidas-no-castigar-a-rusia/.
* Politólogo, economista y periodista.
Traducción: Gabriela Fonseca
Marcando la primera visita oficial estadunidense a Ucrania desde la invasión rusa hace dos meses, los secretarios de Estado y Defensa de EU, Anthony Antony Blinken y Lloyd Austin, respectivamente prometieron ayuda militar adicional por $713 millones para Ucrania y otros países en la región. Infografía Graphic News.