Cuando hasta el “lugar más feliz del mundo” tiene problemas políticos, las cosas están mal. La Walt Disney Company –tal vez la empresa más grande de entretenimiento y de medios del mundo–, fabrica ilusiones y productos que son emblemáticos de la cultura comercial estadunidense alrededor del planeta y sus parques famosos se presentan como oasis de diversión ajena a todo conflicto, o sea un lugar “bueno” y educativo para toda la familia.
Pero de repente, la empresa se encuentra en medio de una disputa con fuerzas derechistas, en esta ocasión encabezada por el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis.
La disputa fue detonada cuando, de manera titubeante, la empresa –por presión de sus propios empleados y clientes entre otros– decide expresar su oposición a la legislación estatal antigay, impulsada por DeSantis y los republicanos, la cual prohíbe que maestros discutan temas de orientación e identidad sexual con estudiantes jóvenes.
Como represalia, DeSantis y sus aliados atacan a la empresa, acusando que fomenta valores nocivos para los jóvenes, y suspende una designación especial del distrito donde se ubica Disney World cerca de Orlando que permite que ese megaparque, que abarca mas de 10 mil hectáreas, sea autogobernado por la empresa([https://www.jornada.com.mx/2022/ 04/23/mundo/019n3mun).
La disputa es titánica: Disney es el mayor empleador de Florida (con más de 75 mil trabajadores), su parque atrae a unos 50 millones de turistas al año y es eje de una economía de turismo del centro de Florida.
Pero la apuesta de DeSantis –quien tiene aspiraciones presidenciales– es que la disputa, la cual ya tiene dimensiones nacionales, lo beneficiará políticamente.
El gobernador aseguró a sus simpatizantes que no permitirá “que una empresa woke (palabra que se usa para criticar a liberales) basada en California domine nuestro estado (en el universo derechista, ese estado representa los valores corruptos de Hollywood y San Francisco)”.
Que la empresa de los ratones famosos y las figuras de tantos cuentos de hadas robadas por Disney para hacer sus grandes éxitos sea acusada de ser enemiga de “los valores familiares” ya es asombroso. Tan mal –y absurda– está la cosa que el gobernador demócrata de Colorado ha ofrecido “otorgar pleno asilo a Mickey y Minnie” en su estado.
Y como para confirmar que las cosas se encuentran mal en el país modelo, ejemplo, faro, indispensable y más del mundo, donde hasta sus fabricantes de fantasías están en problemas, hay noticias como que la pandemia superará en las próximas semanas el saldo de un millón de muertes, y una nueva investigación reporta que, por lo menos, un cuarto de ellas fueron evitables porque son de personas que rehusaron vacunarse y perecieron, mientras los derechistas siguen argumentando que las medidas para mitigar sus efectos eran y son atentados contra “la libertad”.
O noticias como la de que mientras la derecha insiste sobre el sagrado derecho de los ciudadanos a portar armas, una nueva investigación revela que la violencia con armas ahora es la principal causa de muerte de jóvenes y niños en Estados Unidos, al registrarse un incremento de 30 por ciento entre estadunidenses menores de 19 años, en 2019 y 2020.
Y hay otras noticias como la de que la ex agente de la CIA Alfreda Scheuer, bautizada como “la reina de la tortura” por haber presidido esas tácticas durante la “guerra contra el terrorismo” –y cuyo marido, ex oficial de la CIA Michael Scheuer, llamó a que Donald Trump impusiera ley marcial después de las elecciones de 2020– es ahora, de acuerdo con Reuters, una asesora de belleza y bienestar para mujeres.
Mientras tanto, el Capitolio fue evacuado de emergencia ante una “amenaza probable”, cuando a una parte del gobierno se le olvidó informar a otra parte del gobierno que como parte de los festejos prepartido de los Washington Nationals, paracaidistas del ejército estadunidense se aventarían desde un avión para aterrizar en el estadio.
A veces parece que el país de Disney se está volviendo en una caricatura animada, pero nada chistosa, o en un cuento de hadas que ya nadie, ni los niños, pueden creer.
Ben Harper Don’t take that attitude. https://open.spotify.com/track/7lrSxRlu0ZPGVdjqXvt2Au?si=6a371d5e12cc4a32