Londres. Ante la necesidad de los recursos energéticos provenientes de Rusia, Gran Bretaña extendió al 31 de mayo el permiso a la empresa financiera Gazprombank y sus filiales para que reciban los pagos por el gas que la nación eroasiática suministra a los países de la Unión Europea, mientras el Bundesbank advirtió que una escalada del conflicto con Moscú y la consecuente prohibición total de las importaciones de combustibles podría sumir a la economía alemana en una recesión este mismo año.
Las autoridades británicas impusieron sanciones a Gazprombank el mes pasado, dando a sus contrapartes un plazo que vence hoy para liquidar sus negocios con la financiera, que es uno de los principales receptores de pago para el petróleo y gas rusos; sin embargo, según una nueva licencia publicada la noche del jueves, el Tesoro británico detalló que los pagos a Gazprombank por el gas que recibe en la Unión Europea (UE) en virtud de contratos celebrados antes del viernes podrán continuar hasta el 31 de mayo.
El gas ruso representa 40 por ciento de las importaciones de la UE, y el bloque no ha discutido formalmente el fin de los contratos como parte de sus medidas contra Moscú por el conflicto en Ucrania, dada la dependencia del bloque.
“Parece un retroceso por parte del gobierno británico”, dijo Ana Stanic, abogada especializada en energía de EA Law.
Si Alemania se suma a un embargo a la energía contra Rusia, su economía podría resultar significativamente debilitada, refiere un informe mensual publicado ayer por el banco central de Alemania, el Deutsche Bundesbank.
La producción económica podría ser, por tanto, hasta cinco por ciento inferior a lo estimado en las previsiones de marzo del Banco Central Europeo. Convertido a cifras absolutas, se trataría de dejar de generar 178 mil 600 millones de dólares.
Dado que difícilmente se podrán sustituir a corto plazo los suministros rusos, es probable que se produzcan cuellos de botella, especialmente en el suministro de gas.
Más de la mitad de las importaciones alemanas del hidrocarburo proceden de Rusia, por lo que las consecuencias de una interrupción perjudicarían los próximos dos años, estimó el Bundesbank.
El canciller alemán federal, Olaf Scholz, advirtió que un embargo total a la importación del gas de Rusia tendría graves consecuencias para toda Europa y admitió que no cree que renunciar a este servicio conduzca a que Moscú ponga fin a su operación militar en Ucrania.
“Deseamos evitar una crisis económica dramática, la pérdida de millones de empleos y fábricas que nunca se volverán a abrir. Esto tendría consecuencias significativas para nuestro país, para toda Europa”, declaró Scholz en una entrevista con el medio Spiegel.
El jefe del departamento europeo del Fondo Monetario Internacional, Alfred Kammer, aseguró que el continente europeo podrá prescindir del gas ruso no más de seis meses, después de lo cual la economía del continente sentiría las consecuencias negativas.