Londres. El campeón mundial Tyson Fury se presentó ayer con casi cinco kilos (12 libras) más ligero que en su más reciente pelea, en la ceremonia de pesaje previo a su choque de esta noche ante Dillian Whyte.
Fury registró un peso de 120.11 kilogramos (264.8 libras), un día antes del combate en el que busca defender su título mundial de peso completo del Consejo Mundial de Boxeo en el estadio de Wembley.
Whyte dio en la balanza 114.8 kilogramos (253.25 libras), casi tres kilos (seis libras) más que en su pelea anterior.
Durante un cara a cara amistoso, los rivales sonrieron y se hicieron cosquillas antes de un apretón de manos e intercambio de gorras.
Fury (31-0-1, 22 nocauts) prometió que la historia será diferente frente a más de 94 mil espectadores en su segunda defensa del título que obtuvo en febrero de 2020.
“No duden de nosotros, vamos a montar un espectáculo como ningún otro antes”, afirmó Fury. “Va a ser una guerra”.
El autoproclamado rey Gitano ha sugerido que se retirará después de la pelea, aunque las posibles funciones millonarias contra Oleksandr Usyk y Anthony Joshua podrían hacer que lo piense dos veces.
Por su parte, Whyte (28-2, 19 nocauts) se recluyó en su campo de entrenamiento en Portugal y dejó que Fury se robara la atención durante el último mes.
“No me importa lo que Fury diga, porque declara mucha mierda. Su boca es como un retrete, sólo tira y tira la cadena. No puede meterse en mi mente”, declaró Whyte, quien llega abajo en las apuestas.