A los Constructores de Paz que promueven en cada casa el programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro nada los detiene. Las altas temperaturas, el viento o la lluvia no impiden que recorran zonas de difícil acceso. Ni siquiera las advertencias de vecinos de la unidad habitacional Ermita Zaragoza, quienes alertan a brigadistas que pueden ser víctimas de robo con violencia.
El objetivo del personal, que acude acompañado a la distancia por efectivos de la Guardia Nacional y policías capitalinos, es localizar a jóvenes entre 18 y 29 años que no estudian ni trabajan para ofrecer su integración al programa en el que pueden aprender algún oficio con el que pueden acceder a un empleo, además del apoyo económico mensual de 5 mil 258 pesos.
Un total de 150 brigadistas que laboran en distintas dependencias federales y locales se juntaron a las 9 de la mañana en el parque Cuitláhuac. Allí afinaron la estrategia de recorrido. Con croquis en mano formaron células de al menos 20 hombres y mujeres, se alistaron con gel antibacterial, filtro solar, gorras y sombreros para recorrer varias zonas de Iztapalapa, como las colonias Leyes de Reforma y las unidades habitacionales Vicente Guerrero y Ermita Zaragoza, consideradas por las autoridades federales y locales dentro de la lista de 16 colonias de la demarcación no sólo con mayor inseguridad, sino con alto rezago social y más registros de personas privadas de la libertad.
Los delitos con más incidencia en ellas son el homicidio, lesiones dolosas y el robo con violencia a transeúnte.
Los jóvenes con chaleco beige con el logotipo de Constructores de la Paz escucharon con atención al menos tres advertencias que recibieron de los vecinos en menos de tres horas, cuando recorrían los andadores, que son perfectos laberintos en donde una vez que se entra no se encuentra con facilidad la salida.
Incluso un señor salió de su casa para prevenirlos del riesgo y pidió que aceleraran su labor, porque a los delincuentes no les importa que realicen una labor social, que incluyó la aplicación de un cuestionario con la pregunta “¿considera que su colonia es segura o insegura?”, a lo que la mayoría de entrevistados respondió la segunda opción. Agregaron que así lo consideran por el vandalismo, la falta de policías, patrullas, luminarias y en algunos casos por la venta de estupefacientes.
Los brigadistas ofrecen información y orientación de cómo acceder al programa a las personas que se animaron a abrir la puerta o que respondieron detrás de las rejas de las ventanas y que, afirmaron que en algunos domicilios visitados sí hay jóvenes que no estudian ni trabajan, pero en ese momento no están en casa.