Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó los señalamientos de legisladores de Morena hechos a sus pares de la oposición que votaron en contra de la reforma constitucional en materia eléctrica.
A partir de un recuento histórico, el mandatario les dijo que la alusión a los “traidores a la patria” no fue sólo hechura de los ex presidentes Cárdenas y López Mateos, en la defensa de los recursos naturales, sino también es una causal incluida en el Código Penal, prevista con multas y cárcel de entre cinco y 40 años de prisión.
Y si bien no demandará a nadie por ello –como sí lo hizo contra presidentes de la República en sexenios anteriores– consideró que “cada quien debe hacerse responsable de sus actos”.
Acudió en su momento a demandar a Peña Nieto, pero reiteró que le tiene respeto porque no permitió fraude en 2018, aun cuando los machuchones se lo pidieron.
Ahora, casi cuatro años después de aquello, López Obrador sugirió a sus adversarios: “No se rasguen las vestiduras, diciendo ‘no quiero que me digan que soy traidor, cuando consciente o inconscientemente ayudé a las empresas extranjeras que buscaban destruir a la Comisión Federal de Electricidad y dañar a millones de consumidores mexicanos’ […] pregunten a los españoles cómo les ha ido con Iberdrola”.
“¿Qué les preocupa?”
Además, dijo, “si ellos sienten que actuaron bien y que no son traidores a la patria ¿qué les preocupa?”
Para afianzar su idea, leyó de nueva cuenta las históricas cartas de Cárdenas y López Mateos, en los momentos más intensos de la expropiación petrolera y la nacionalización de la industria eléctrica, respectivamente.
Ya hemos quedado, comentó para justificar la lectura, que yo no hablo nada más para las élites, “mi labor es de predicador, de pedagogía y de crear conciencia”.
Es así que rechazó que ese tipo de enunciados en el Congreso traben las pretendidas reformas.
“No, es que las cosas hay que llamarlas por su nombre. Ya basta de hipocresía, de acuerdos en lo oscurito, en las élites, en los restaurantes de lujo y que la gente no sepa, cuando se trata del bienestar del pueblo, cuando son decisiones que pueden afectar a todos, al pueblo y a la nación”, señaló.
Tampoco hay que tenerle miedo a la polarización, dijo.
Y en seguimiento a la defensa de los recursos públicos, el Presidente reiteró que, además de reforzar a la CFE, se busca crear una “pequeña empresa pública” para toda la cadena del litio; el tema se prestó para bromas porque en las redes sus simpatizantes han sugerido que esa compañía se llame “Amlitio”.
No más tapados
Por lo pronto, el mandatario subrayó que en su gobierno no habrá simulaciones ni se fingirá, como hizo Porfirio Díaz, elecciones democráticas o la autonomía de los poderes y los estados. Él, añadió, creó el tapado, el acarreo, el besamanos…
El Presidente mencionó en seguida a posibles sucesores, empezando por los de su partido, a quienes alguna vez llamó corcholatas –no mencionó al senador Ricardo Monreal–, así como a eventuales candidatos de la oposición.
“No vamos a seguir con eso [simulación]. Por eso yo celebro que haya debate y que ya sepamos que pueden sustituirme Claudia o Marcelo Ebrard, o la esposa de Felipe Calderón, o Moreira o Quadri, Loret de Mola, Chumel. Con todo respeto, Chumel, no se vaya a enojar ¿eh? Ya qué tapado ni qué nada, ya abierto todo completo.”