Sobre las elecciones de 2021 publiqué dos entregas de Economía Moral (18 de junio y 9 de julio de 2021) mostrando que los votos por diputados federales de la 4T por entidad federativa (EF) no se explican por la pobreza, ni en el medio urbano ni en el rural. Concluí que no fueron elecciones clasistas. A la misma conclusión había llegado respecto de la elección presidencial de 2018 (entregas del 6 y 13 de julio de 2018). En la entrega de la semana pasada (15/04/22) analicé el voto ratificatorio por AMLO (o voto por “que se quede”, QSQD) por EF y percibí una asociación con la pobreza, por lo cual decidí para esta entrega verificar si dicha percepción era válida. Lo primero que hice fue calcular el coeficiente de determinación (R²) que mide la proporción de la varianza (variabilidad), en este caso del voto, que se explica por un factor determinado (pobreza, P, o pobreza extrema, PE). Hice 4 cálculos por EF: 2 para asociar P con los votos por QSQD respecto de la suma de votos válidos (VV), es decir los votos emitidos menos los nulos, y respecto de la lista nominal (LN); y otros 2 para la asociación entre PE y las mismas variables. Los resultados (véase cuadro) muestran una fuerte asociación de la P y de la PE con el % de la LN que votó QSQD y menor con el % de VV. Son valores de R² que duplican los que había obtenido en los análisis electorales de 2018 y 2021. El % de votos QSQD respecto a la LN (sin contar los votos nulos) es igual al producto de la tasa de participación (TP= V/ LN) por la proporción de votantes que votaron QSQD. Las fuertes diferencias de los valores entre las dos columnas muestran que P y, sobre todo PE, determinaron más la TP que el sentido del voto. Los P y los PE fueron a votar mucho más que los no pobres.
En la gráfica he situado cada entidad federativa (EF) según sus valores en dos variables: % de PE (eje horizontal) y % de la LN que votó QSQD (eje vertical). La línea de tendencia, LT, (línea punteada) muestra el mismo valor de R² que la celda inferior derecha del cuadro. La ecuación de la LT predice el valor que tendría el voto QSQD (como % de la LN) para cada valor del % de PE, si ésta fuese la única variable determinante. Las EF con valores de % LN por arriba de la LT votaron por QSQD en mayor medida que lo que se esperaría si la PE fuese la única variable determinante. Hay 16 EF arriba de la LT, de las cuales sólo 4 son gobernadas por la oposición y 12 por Morena y aliados. Hay 16 EF cuyo % LN está por debajo de la LT, de los cuales 6 son gobernados por Morena y aliados. En síntesis, Morena 12 arriba y 6 debajo de la LT; la oposición, 4 arriba y 10 abajo. Es claro que otra variable explicativa del % LN es si la EF es gobernada o no por Morena y aliados o por la oposición. La EF con mayor desviación es Tabasco (no sólo está gobernado por Morena, sino que la votación fue sobre un tabasqueño), que tuvo el % LN más alto, de 35 por ciento, mientras su valor pronosticado por la LT es de 20.4 por ciento. En la CDMX el % LN observado, 17.4 por ciento, estuvo por arriba del promedio nacional (16.3 por ciento), aunque los valores pronosticados estaban invertidos, 12.7 y 17.3 por ciento. El caso de mayor desviación en sentido contrario es el de Guanajuato, gobernado por el PAN desde hace mucho, donde la ecuación predice 16.4 por ciento de % LN y el valor observado fue de la mitad: 8.4 por ciento. Algo similar se observa en Jalisco, gobernado por MC, donde el valor de % LN pronosticado es 13.4, pero el valor observado, el más bajo de todas las EF, fue 7.9 por ciento. Un último punto. La representación, sobre todo en casillas, de los partidos de oposición fue muy baja: sólo el PAN registró a 26 mil representantes (menos de la mitad de las casillas), mientras PRI, PRD y MC no registraron ninguno. En casillas no vigiladas por la oposición los votos contados y los realmente emitidos pueden diferir. En Chiapas encontré 36 casillas con cero votos (las famosas casillas zapato del PRI vuelven a aparecer) por el que se vaya (QSVY) y 44 casillas con participación entre 99 y 105 por ciento.