Madrid. El cineasta Jean Jacques Annaud estrena hoy su nueva película Arde Notre Dome, versión ficcionalizada del incendio de la famosa catedral francesa en 2019 que “parecía escrito por un guionista de Hollywood que se hubiera dado un toque”.
El cineasta francés señaló con humor: “Los productores son amigos de la verdadera historia, pero aquí la realidad es tan inverosímil que nadie se habría atrevido a escribirla”. Describió el desarrollo de los acontecimientos como “una serie colosal de cagadas”.
Así, Annaud admite que cuando vio en directo el fuego que asolaba a Notre Dame, pensó que eso “tenía una potencia cinematográfica muy grande y que habría montones de directores que quisieran abordar el drama. Sólo fue mucho más tarde cuando descubrí lo inverosímil de esta historia y que tenía un gran potencial de guion”.
En Arde Notre Dame “no se acusa a nadie” de la responsabilidad del incendio –la cinta maneja las dos tesis más probables para el origen del fuego: una herramienta a alta temperatura o una colilla–, pero sí refleja todos los factores externos que provocaron un “caos” difícil de rebajar.
“Por ejemplo, la circulación de París fue uno de los factores, pero también está el carácter de los franceses... no es ponerse acusador, pero creo que los hechos hablan por sí solos”, aseguró el realizador de El nombre de la rosa y ganador de un Óscar por Negros y blancos en color.
En su película hay un “cameo” muy particular, la de la política socialista Anne Hidalgo, quien por entonces era alcaldesa de París. “Convencerla no fue difícil para nada. Pedí autorización para rodar la escena en su despacho y fue ella la que mostró disposición a interpretarla. No lo creí del todo y cuando llegó el día de rodaje, yo contaba con su doble. Pero me confirmaron que lo haría ella y la única indicación que le di es que hiciera lo mismo que hizo aquel día: salió muy bien”, destacó.
Annaud exculpa a Hidalgo de la crítica mayoritaria de los ciudadanos parisinos a su gestión en este incendio. “Se le reprocha mucho el caos de París y, sinceramente, creo que es increíble el odio que la gente tiene contra esta mujer. Todo el mundo la acusa de este caos, pero créame que París como ciudad es una gestión muy difícil”, indicó.
“Duda conspiranoica”
En cierta manera, el reflejo final es el de una administración y una sociedad sorprendida por algo que no se esperaba. “Algunos comparan esto con Ucrania: nadie habría imaginado que eso fuera posible, así que no lo es. Cuando ocurre, pues todo el mundo se queda con la boca abierta y no se está listo para nada”, criticó.
“La gente piensa que Notre Dame no se puede quemar, la Torre Eiffel no se puede caer o Francia no puede desaparecer. Pues sí, y ese es el núcleo del problema”, afirmó Annaud, para recordar que las secuelas emocionales que ha dejado este incendio que casi acaba con la catedral es “la duda conspiranoica”.
Concluyó: “Eso es muy difícil de eliminar y creo, además, que nunca se demostrará lo que pasó, a pesar de las dos opciones que muestro”.