Expertos en toxicología advirtieron que el uso excesivo de plaguicidas representa no sólo un riesgo ambiental; también genera impactos directos en la salud de millones de mexicanos y en los ecosistemas, lo que incluso afecta a especies benéficas como las abejas, los murciélagos y las mariposas.
En la inauguración del ciclo de seminarios virtuales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sobre plaguicidas, donde se reconoció la destacada trayectoria de la doctora Lilia Albert, toxicóloga ambiental, pionera en el estudio de contaminantes en alimentos, se señaló que México está entre las naciones con mayor consumo de plaguicidas, con más de 93 mil toneladas al año, es decir, un promedio de un kilogramo por habitante.
Elena Alvárez-Buylla, directora general del Conacty, destacó que debido a su impacto en la salud de los mexicanos y los ecosistemas, se integró como parte de los 10 Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) del consejo, uno dedicado a los agentes tóxicos y procesos contaminantes, coordinado por el doctor Andrés Barreda.
Agregó que los plaguicidas son una de las sustancias tóxicas más peligrosas a las que estamos expuestos de manera cotidiana, incluso, muchas veces sin saberlo. “Ignoramos que la mayoría de los alimentos que consumimos están impregnados de tóxicos, es decir, de venenos que tienen efectos adversos en el organismo dejando muchas veces secuelas irreversibles en la salud y derivando en diversas enfermedades”.
Álvarez-Buylla alertó que muchos plaguicidas aún son de uso cotidiano e irresponsable en nuestro país. Recordó que el 31 de diciembre de 2020, el gobierno federal determinó sustituir gradualmente el uso de glifosato, e instruyó al Conacyt a buscar alternativas sustentables y amigables con el medio ambiente.
“La eliminación gradual del glifosato es un paso significativo necesario y crucial, pero en México siguen en uso más de 300 tipos de insecticidas, fungicidas y herbicidas, de los cuales 183 son altamente peligrosos.
“En algunas entidades como Sonora, Sinaloa y Durango, sus congresos locales han comenzado a reconocer el riesgo por el uso de plagicidas y han establecido algunas prohibiciones, pero aún se enfrentan resistencias, sobre todo de organizaciones que lucran con la comercialización de sustancias tóxicas, evadiendo su responsabilidad moral con la salud de los mexicanos”, enfatizó.
Ivette Bernal, investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit, y Fernando Bejarano, coordinador de la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México, destacaron que en el mundo cada año 3 millones de personas sufren intoxicación por plaguicidas, y cerca de 220 mil personas mueren. De ellas, 75 por ciento eran trabajadores agrícolas, uno de los sectores más expuestos a sus efectos nocivos, por lo que urgieron a un cambio en las normas para el uso de herbicidas en México.