En medio de combates que no cesan en Ucrania, el Kremlin reveló ayer que envió a la oficina de la presidencia ucrania un proyecto de acuerdo de paz con “formulaciones precisas y sopesadas”, documento que está siendo estudiado por el equipo negociador del gobierno de Kiev, según confirmó su vocero, Mikhaylo Podolyak.
Aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, dio a entender hace una semana que no tenía sentido seguir buscando un arreglo político por cuanto “las negociaciones entraron en una suerte de callejón sin salida”, su portavoz, Dimitri Peskov –citado por las agencias noticiosas tras su habitual reunión con los reporteros que cubren las actividades del Kremlin–, volvió a entreabrir la puerta de una posible solución negociada, sin proporcionar detalles del contenido del proyecto ruso.
“En la actualidad hemos entregado a la parte ucrania un proyecto de documento, elaborado por nuestros expertos, que incluye formulaciones precisas y sopesadas, absolutamente. La pelota está en su campo, esperamos respuesta”, cita a Peskov la agencia Interfax.
La parte ucrania, por conducto de Podolyak, señaló que está estudiando el proyecto ruso, pero no es claro si es la respuesta de Rusia a los planteamientos que presentó Ucrania en el último encuentro presencial de sus delegaciones, que tuvo lugar en Estambul, el 29 de marzo anterior, o a un documento posterior que no llegó a filtrarse a la prensa.
“En el contexto del encuentro en Estambul, Ucrania facilitó a nuestros oponentes propuestas de solución sobre aspectos claves, entre otras las relacionadas con garantías de seguridad que hagan posible que no vuelvan a atacar a nuestro país. La parte rusa estudió nuestras propuestas y nos envía su contraoferta. Ahora nos toca a nosotros estudiar, comparar, sacar conclusiones, tanto políticas como legales”, explicó Podolyak a varios medios ucranios.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, una semana más tarde de la reunión en la ciudad turca, afirmó que Kiev entregó un nuevo proyecto de acuerdo con Moscú “diferente al borrador que se dio a conocer después de las negociaciones en Estambul”.
De acuerdo con Lavrov, quien tampoco dio detalles, esa propuesta ucrania le pareció “un documento con formulaciones muy ambiguas”.
No hay indicios de que Ucrania haya renunciado a su oferta principal que consiste en convertirse en país neutral –y por tanto no ingresar nunca a la OTAN ni instalar armamento que Rusia pudiera calificar de peligro para sí, que eran algunas de las demandas que utilizó el Kremlin para justificar la invasión–, a cambio de garantías vinculantes de seguridad, avaladas por una decena de países, entre ellos los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
En todo caso, el proyecto que Peskov anunció este miércoles es la respuesta rusa a la iniciativa que Ucrania considera vigente y es de suponer que rechaza por escrito lo que ya habían cuestionado de palabra los negociadores, encabezados por Vladimir Medinsky, asesor de Putin.
En particular, el planteamiento ucranio de establecer una moratoria de 15 años para negociar el futuro de Crimea, el estatus de Donietsk y Lugansk como parte de Ucrania o la idea de aprobar en referendo los acuerdos que pudieran alcanzarse.
Asimismo, no se excluye que el proyecto especifique las condiciones que pone Rusia para declarar un alto el fuego y el retiro de sus tropas del territorio ucranio, y sobre todo de las partes que los rusos llaman “liberadas” y los ucranios, “ocupadas”.
Al cierre de esta edición, Podolyak propuso “una ronda especial de negociaciones justo en Mariupol”, el asediado puerto en el Mar Azov.
Llamamiento de intelectuales rusos
A mitad de la Semana Santa de los cristianos ortodoxos, 30 intelectuales rusos difundieron ayer un llamamiento a detener la guerra, dirigiéndose a los creyentes de la religión mayoritaria en Rusia.
Con el título: “¡No dispares!”, la poeta Olga Sedakova, la periodista Zoya Svietova, el director de teatro Vladimir Mirzoyev, por citar sólo a tres de los firmantes, enfatizan:
“Toda la Cuaresma de este año transcurrió en medio del estruendo de los disparos, de los bombardeos, de la devastación, se acompañó de noticias sobre la muerte de miles de personas, sobre el éxodo de millones, sobre la destrucción de todo lo que ellos crearon durante años y generaciones”.
Agregan: “Entendemos que no es posible detener el derramamiento de sangre ahora mismo. Pero hagamos un esfuerzo para honrar el sufrimiento de Jesucristo y el triunfo de su resurrección. Sabemos que los cristianos de todo el mundo, de todas las confesiones rezan todos los días para que se declare un alto el fuego. Nosotros pedimos los mismo: ¡No disparen! Al menos estos días sagrados”.
El llamamiento apareció en Novaya Gazeta Europa, versión electrónica del periódico que dejó de salir en Rusia debido a las restricciones impuestas por las autoridades.