Al “hablar en nombre de la región latinoamericana y, en general, de las economías emergentes” para apremiar al G20 a plantear alternativas para que se ponga en marcha un esquema sostenible en el manejo de la deuda, el secretario de Hacienda y Crédito Público mexicano, Rogelio Ramírez de la O, criticó las recomendaciones que han hecho los organismos internacionales en el marco de la crisis actual.
Durante su participación en la reunión de los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20, Ramírez de la 0 “hizo notar que desde el inicio de la pandemia, tanto países emergentes como desarrollados estuvieron bajo presión del consenso internacional, incluyendo los organismos multilaterales, para aumentar su deuda pública para una política contracíclica”, consignó la Secretaría de Hacienda.
Sin embargo, los niveles actuales de deuda en los países emergentes son considerados desproporcionados por los mismos organismos internacionales –que centralmente se refieren al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM)–, pese a que el endeudamiento en países de ingreso alto es casi tres veces superior. Lo paradójico es que el monto de intereses de ambas obligaciones es prácticamente el mismo.
“Sin pretender criticar todas las acciones aplicadas para mitigar riesgos, las economías emergentes han enfrentado condiciones que dificultan las acciones que han emprendido para buscar refinanciar sus deudas”, señaló Ramírez de la O.
El año pasado 35 por ciento de los países latinoamericanos tuvieron una reducción de su nota crediticia por al menos una de las tres principales calificadoras.
Ramírez de la O recalcó que no es la situación de México, dado que el FMI ha reconocido que la deuda mexicana “es muy estable”, pero no deja de ser necesario un llamado al G20 y al grupo de trabajo de la arquitectura financiera internacional para buscar alternativas que permitan, especialmente a los países emergentes, contar con un esquema sostenible en el manejo de sus obligaciones.