En política, las formas son sustancia. La observación del distinguido jurista y político Jesús Reyes Heroles (padre), por cierto promotor del Instituto Mexicano del Petróleo, incluye esas formas legislativas en lo general y mucho más cuando se trata de eventos históricos o institucionales tan trascendentales como los que hoy vivimos, en lo doméstico y en lo mundial.
El momento actual es un punto de inflexión en todo sentido, repleto de opciones ante graves riesgos existenciales por fuerzas que siguen alentando la continuidad y profundización de la guerra en Ucrania, por un lado , lo que también induce la posposición, freno e incluso reversión de toda iniciativa reguladora de las emisiones de gases de efecto invernadero que intensifican el calentamiento planetario. Por la colocación geográfica e histórica de México esas perspectivas geopolíticas y geoeconómicas se enlazan al lado de Estados Unidos (EU), una potencia en permanente movilización bélico-industrial que lidera y abastece a poco más de 40 por ciento de las exportaciones mundiales de armamentos. Las complejidades y los ensañamientos con el contexto del poder imperial mundial de EU siempre demandan la necesaria claridad conceptual en función de la soberanía e independencia nacional mexicana, esto es, la perspectiva nacional enlazada con el contexto del poder imperial de EU. Me refiero a la primera página de La Jornada del 9 de abril de 2022: con dos encabezados del vigor y vigencia constitucional de la Cuarta Transformación en curso: la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que ratifica la votación que deja firme la Ley de la Industria Eléctrica. La oposición no alcanzó la mayoría calificada, aunque ahora esa misma oposición caracteriza de “lamentable” que Morena celebre la constitucionalización de dicha ley lo cual denota la incapacidad de esa oposición de aprehender el significado histórico de su propia dinámica política.
El segundo, pero no menos importante de los encabezados de ese 9 de abril fue muy a la manera del presidente López Obrador: “(las) autoridades de EU saben que en el tema , las decisiones son nuestras : AMLO”. De nuevo, en materia económica y de seguridad tampoco los conservadores tienen mayor capacidad empático-analítica ya no digamos conceptual. Ante esas limitaciones, mejor revisar algunos de los contenidos fácticos en EU y en México de los no solicitados influjos y “entrometimientos” del aparato de inteligencia de EU y su uso para frenar la capacidad mexicana para retomar el manejo y control soberano del sector energético.
Esta temática referida al uso de los think tanks para alentar y apoyar a la derecha mexicana es abordada por Kurt Hackbarth en sólido, bien documentado e importante artículo “Los think tanks –institutos– de EU están alentando a la derecha mexicana” (Jacobin Magazine, 9/04/22), ¿para qué? Para descarrilar las iniciativas de AMLO. A este fin se nombró como embajador de la potencia norteña acá a Ken Salazar , quien fue cabildero de los combustibles fósiles en función de secretario del Interior de EU, precisamente el ente encargado de otorgar o negar concesiones para la exploración y perforación petrolera y en pos del gas en aguas territoriales de EU y en la vasta Reserva Federal territorial de esa potencia.
Entre sus esfuerzos en la perforación marítima a favor de las grandes petroleras, entre otras, British Petroleum (BP). Salazar entregó unos 80 mil acres destinados a perforar el suelo marítimo en pos del oro negro en el Golfo de México (Una hectárea=2.47 acres de tierra). Es necesario recordar que el embajador se reunió varias veces con empresarios interesados en mantener los privilegios otorgados por Peña Nieto, para promover las “energías limpias” (sic). Entre los opositores a la recuperación del manejo del sector están el ex presidente Felipe Calderón, quien recibió nombramiento en el cuerpo director de Avangrid, una subsidiaria de Iberdrola, ente conocido por alentar los aumentos en los precios de la electricidad en España.
A él se unió Georgina Kessel, ex secretaria de Energía, como asesora de Iberdrola, posiblemente interesada en detalles de contratos y contratistas, sus fortalezas y debilidades. Otro mexicano mencionado por Kurt Hackbarth es Jesús Reyes Heroles (hijo) –también ex secretario de Energía durante el gobierno de Zedillo y ex director de Pemex durante el gobierno de Felipe Calderón–, quien prefirió ser investigador visitante de un importante instituto, el centro Baker para políticas públicas de Estados Unidos y México. Ese centro, a decir de Hackbarth, reúne a intelectuales, académicos, empresarios –como Claudio X. González, promotor de dicho centro–, periodistas y cabilderos, que comparten ideas que han desplegado desde gobiernos anteriores especialmente contra la idea del regreso de la industria energética al control de lo público, suavizando así la desalmada imagen de los cabilderos.