Hace unos días el diario El País dio a conocer que, según el jefe del Comando Norte de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, el general Glen Van Herck, el gobierno de Rusia tiene en México al grupo más grande de espías desplegados en el mundo con el objetivo de obtener información estadounidense.
Ante esa posibilidad, se ha despertado el debate sobre la presencia de espías actuando a favor de intereses rusos en nuestro país. De ahí que la UDLAP Jenkins Graduate School haya reunido a especialistas sobre el tema para pàrticipar en el webinar ¿Espionaje ruso en México?, que se llevó a cabo este 13 de abril.
Vivimos la reedición de la confrontación Este-Oeste
Coronel del ejército retirado y docente de UJGS, el Mtro. Gerardo Huízar definió el espionaje como el hecho de recoger o tratar de recoger información dentro de un territorio controlado por una parte adversa obrando con falsos pretextos o de modo deliberadamente clandestino.
Luego de un repaso histórico por el ejercicio de espionaje en distintos contextos y nacionalidades, incluso México, Huízar concluyó que es posible el espionaje en nuestro país dada su situación geoestratégica “y de frente a un conflicto que está reeditando la confrontación Este-Oeste. Reedita también los mecanismos que se han usado en México”.
Agregó que sería ingenuo pensar que dadas las capacidades e intereses de las potencias en conflicto, no se hubiese generado inteligencia previa mutuamente. Y aseguró que “México ofrece condiciones favorables para la realización de actividades de inteligencia abierta y encubierta”.
En esa misma línea se mostró el Mtro. Edgar González Vivanco, profesor de tiempo parcial del departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la UDLAP. Volvió a poner a consideración la posición geopolítica de México, que lo hace ideal para tener agentes de inteligencia naval, militar, industrial, empresarial y más.
Como un hecho de total actualidad en cuanto a prácticas de espionaje en el contexto de las tensiones entre Estados Unidos y Rusia, González Vivanco hizo alusión al caso reciente del científico mexicano Héctor Alejandro Cabrera Fuentes, acusado por Estados Unidos de espiar para el Servicio de Inteligencia de Rusia, y quien se auto declaró culpable en febrero pasado.
“No me extrañaría que el Estado ruso tenga desplegados varios agentes de inteligencia y espías en territorio mexicano. Esto por la frontera que tenemos con Estados Unidos, por la profunda relación económica que existe entre Estados Unidos y México, y porque nuestro país es una ventana estratégica fundamental para toda América Latina”, concluyó.
Espías, fuentes vivas controladas
Socio fundador de Faro Estratégico y docente de UJGS, el Dr. Mario Vignettes comentó que en el ámbito de la inteligencia, la recolección de fuente viva cerrada recibe el nombre de espionaje, aunque constituya sólo una fracción de la primera. Agregó que el término espía tiene raíces europeas. “Es un observador, y claro, es una fuente de recolección de información. Y el que controla a los observadores, a los espías, recibe el nombre de space master”.
Vignettes señaló que es costumbre internacional entre Estados no hostiles acreditar oficiales de inteligencia de un país con categorías consulares, para que trabajen en el territorio de otro país. A estos oficiales se les conoce como agentes legales porque lo sabe el Estado receptor y porque están protegidos por lo establecido en las convenciones de Viena. El especialista también habló de los agentes ilegales, similares a los legales, pero de los que el Estado receptor ignora su presencia y aún así están protegidos por las leyes de la constitución del país donde operan.
Usualmente los espías controlados suelen ser nacionales del país receptor, por razones prácticas, aclaró el Dr. “Porque hablan bien el idioma, conocen la cultura local y pueden tener acceso a información requerida por un servicio de inteligencia exterior”. Así, lo que podemos conceptualizar como un “espía ruso”, podría referirse a un mexicano controlado por un oficial de inteligencia de un servicio de cualquier país pero que sirva a los intereses rusos.
Sobre este tema, Vignettes puso a consideración que la constitución mexicana privilegia los intereses mexicanos. En ese sentido, cualquiera que practique actividades de espionaje pero que no perjudique a la nación, no está cometiendo delito alguno.