Kiev. Rusia aumentó ayer su campaña para tomar el corazón industrial en el este de Ucrania con nuevos ataques sobre ciudades y pueblos a lo largo de un frente de cientos de kilómetros, en lo que ambos bandos beligerantes describieron como una nueva fase de la guerra.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, anunció una “nueva fase” de la ofensiva. “Estoy convencido de que será un momento muy importante para esta operación especial”, declaró el jefe de la diplomacia rusa a la prensa india, al usar el término con el cual Moscú se refiere a la invasión iniciada el 24 de febrero.
El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, aseguró que sus tropas ejecutan un “plan de liberación” de las autoproclamadas repúblicas de Donietsk y Lugansk, los territorios separatistas prorrusos del este de Ucrania.
Antes, el teniente general Igor Konashenkov, vocero del Ministerio de Defensa de Rusia, sostuvo que misiles aéreos destruyeron 13 blancos de tropas y armas ucranias en el Donbás, incluida la ciudad clave de Sloviansk, mientras la fuerza aérea alcanzó otras 60 instalaciones militares ucranias, entre ellas varios depósitos de cabezas de misil.
La artillería rusa alcanzó mil 260 dependencias militares ucranias y mil 214 concentraciones de tropas en las 24 horas previas, añadió. No fue posible verificar las afirmaciones de forma independiente, indicó la agencia de noticias Ap.
La conquista del Donbás, región minera controlada de forma parcial por separatistas prorrusos, brindaría a Moscú una franja continua de terreno en la costa del Mar Negro hasta la península de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014.
El ministerio ruso lanzó además una advertencia “a los militares del ejército ucranio: no pongan a prueba a la suerte, tomen la decisión correcta, la de poner fin a las operaciones militares y depongan las armas”.
Los ataques comenzaron antier a lo largo de un frente con forma de arco que se extiende más de 300 kilómetros desde el nordeste de Ucrania hacia el sureste del país.
Rusia aseguró haber alcanzado varios lugares con misiles, como la ciudad nororiental de Járkov, así como zonas en torno a Zaporiyia y Dnipro, al oeste del Donbás. Oleh Synyehubov, gobernador de Járkov confirmó la muerte de cinco civiles en un ataque a la ciudad.
Importante conquista
En el primer éxito informado del nuevo ataque de Rusia, Ucrania reconoció que los rusos conquistaron Kreminna, ciudad de 18 mil habitantes en Lugansk, una de las dos provincias de Donbás. “Kreminna está bajo el control de los orcos. Han entrado en la ciudad”, anunció el gobernador de la ciudad , Serhiy Gaida, al citar a las criaturas que aparecen en los libros de J.R.R. Tolkien.
La captura de la ciudad de Kreminna acerca a los rusos a su objetivo de rodear a las tropas ucranias en la zona al avanzar sobre ellas desde el norte y el sur, y arrinconarlas contra el territorio que controlan tropas rusas en el este.
Fuerzas rusas y milicias de la república popular de Donietsk evacuaron a más de 140 personas de la acería Azovstal en la asediada ciudad de Mariupol, donde se encuentran combatientes de los batallones naziucranios y mercenarios extranjeros, informaron las autoridades prorrusas.
Los militares de Donietsk y tropas rusas “organizaron tres corredores verdes desde el territorio del complejo industrial de Azovstal para desalojar a civiles y militares de las fuerzas armadas de Ucrania que desean deponer las armas. Más de 140 personas, incluidos niños, fueron evacuados gracias a los esfuerzos de los defensores de la República”, agregaron en un comunicado en su cuenta de Telegram.
Añadieron que para esta operación observaron un alto el fuego de las 14 hasta las 16 horas de ayer.
Refugios en Mariupol
En Mariupol, además de los combatientes había “al menos mil civiles, la mayoría mujeres, niños y personas mayores, en refugios subterráneos” de la fábrica, manifestó el consejo municipal en Telegram.
El jefe del Centro Nacional ruso de Gestión de la Defensa, el coronel general Mijaíl Mizíntsev, exigió a las autoridades de Ucrania liberar a todos los civiles que se encuentran en la planta metalúrgica Azovstal, y acusó que las fuerzas ucranias los usan de escudos humanos.
El ejército ruso lanzó un nuevo ultimátum a las tropas ucranias atrincheradas en Mariupol, pero los combates prosiguieron en algunas zonas de esa ciudad portuaria, “no sólo con armas ligeras, sino también con tanques”, declaró Pavlo Kirilenko, gobernador de la región de Donietsk.
El ministerio ruso de Defensa subrayó que el Servicio de Seguridad de Ucrania planea realizar una provocación en la provincia de Odesa para culpar al ejército de Rusia de asesinatos masivos de civiles, informó Russia Today.
Según la información del ministerio, una unidad del servicio planea vestirse con uniformes rusos y fusilar a civiles. Posteriormente, se planea difundir fotos y videos de esas supuestas atrocidades de militares de Moscú a través de medios de comunicación ucranios y occidentales.
El ministerio destacó que Rusia tiene pruebas de nuevos “crímenes terribles del régimen de Kiev que están en planeación. Denunció, además, que en Ucrania fueron formados más de 70 grupos móviles, integrados por batallones nacionalistas, que planean atacar la noche de la Pascua ortodoxa (24 de abril) varias iglesias y luego culpar a los militares rusos de las víctimas civiles. De acuerdo con el ministerio, los nacionalistas se desplazarán en vehículos, equipados con morteros. Las agresiones se planean llevar a cabo en las provincias de Zaporiyia, Nikoláyev, Odesa, Sumy y Járkov.
Mientras, 76 ucranios fueron liberados en un nuevo canje de prisioneros con Rusia, anunció el gobierno de Kiev, sin precisar cuántas personas fueron entregadas a las autoridades rusas. Se trataría del quinto intercambio de este tipo desde el inicio de la invasión.
Rusia ha dado un nuevo ultimátum a las fuerzas ucranias en Mariupol para que depongan sus armas para la tarde del miércoles mientras trata de lograr una victoria decisiva en su ofensiva en el este. Infografía Graphic News.