Los criptoactivos son un riesgo creciente para el sistema financiero mundial por el tamaño y la velocidad a la que se han expandido, pero hasta ahora no hay evidencia de que el dinero digital pueda usarse para eludir sanciones de los canales tradicionales, comentó Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el marco de un cerco financiero impuesto a Rusia, como parte de las sanciones por la invasión a Ucrania, Georgieva recalcó que es necesario delinear cómo se vinculará el sistema financiero con los criptoactivos. Desde el inicio de la guerra aumentaron en 9 por ciento, pero su peso aún no es tal como para evadir a los canales tradicionales.
“Hay que prestarle más atención a lo que viene”, se debe diseñar una política para el tamaño y riesgo que representan los criptoactivos, discutir si deben mantenerse como inversión o moneda, comentó en el contexto de la Reuniones de Primavera que realiza el FMI con el Banco Mundial.
Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales, señaló que varias economías están trabajando en una moneda digital de su banco central –conocidas como CBDC, por sus siglas en inglés–. En una reunión entre la organización que preside y 26 países, 90 por ciento de ellos ya estaban avanzando en su criptodivisa.
El ex funcionario mexicano consideró que hasta ahora los múltiples criptoactivos que circulan sólo tienen un valor especulativo, “no tienen la capacidad de reemplazar el valor del dinero”, pues carecen de la seguridad, liquidez y credibilidad que les puede dar el respaldo de un banco central.
No obstante, esa tecnología puede ayudar a promover la inclusión financiera y por ello es obligación de los bancos centrales crear la infraestructura, avanzar en el diseño y marco de los CBDC, para que los criptoactivos puedan usarse como moneda de cambio.
Fuga de capitales en países emergentes
También sobre la estabilidad financiera, Tobias Adrian, director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, advirtió que la incertidumbre generada por la invasión a Ucrania, sumada al aumento de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos, aumenta el riesgo de fuga de capitales en los mercados emergentes.
Explicó que Ucrania y Rusia son las primeras afectadas, pero “la gravedad de las interrupciones en los mercados de materias primas y en las cadenas de suministro están creando riesgos a la baja al afectar negativamente a la estabilidad macrofinanciera, la inflación y la economía mundial”.
“La resiliencia del sistema financiero mundial se pondrá a prueba a través de varios canales de amplificación potenciales. Estos incluyen las exposiciones de instituciones financieras a activos rusos y ucranios; liquidez del mercado y tensiones de financiación, así como la aceleración de la criptografía (residentes que optan por usar criptoactivos en lugar de la moneda local) en los mercados emergentes”, declaró.