El domingo en la Cámara de Diputados se cometió un acto de traición a México por parte de un grupo de legisladores vendepatria, francos defensores de empresas extranjeras que se dedican a medrar, a robar, y respaldaron a los saqueadores, evidenció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En una robusta respuesta al suceso en San Lázaro, dijo: “Nos preparamos para la traición” y desde hace dos años reunió a su gabinete en el Salón Tesorería para describir la ruta del rescate energético, frente a opositores que demuestran “desconocimiento del fondo del asunto, de la historia del país”. Tranquilo, el mandatario se presentó a su conferencia de prensa. Dio rienda a su experiencia política y descartó enviar una nueva iniciativa eléctrica durante su gestión. Le dejó esa tarea “al candidato que surja de nuestro movimiento”.
Expuso que tras la ambición se encuentran los fondos de inversión que dominan en el mundo y los partidos políticos están a su servicio, pero descartó comprar a los legisladores de oposición como sucedió en 2013 con la reforma energética de Peña Nieto: “Si hubiésemos hecho lo mismo, pues hubiésemos contado con la mayoría calificada”.
También negó que el voto en contra de la reforma eléctrica sea un descalabro, y sostuvo que lo del domingo no fue revés, sino un éxito, “es espléndido, donde los que se dicen representantes populares votan por Iberdrola; no le tienen amor al pueblo y, como dice la canción de Rubén Blades, el que no quiere a su patria no quiere a su madre”.
Sin embargo, señaló que fue lamentable el episodio en el cual los vendepatria no pudieron argumentar de qué manera afecta la reforma, ni en el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, como alegó el secretario de Economía del sexenio pasado (Ildefonso Guajardo). “Este señor piensa así porque junto con el anterior mandamás, (Luis) Videgaray, ya habían entregado el petróleo”.
Endureció el tono cuando tocó al Partido Revolucionario Institucional (PRI): “Fue hasta vergonzoso ver al PRI como palero del PAN; y los otros partidos paleros, el del Movimiento Ciudadano. Ya se terminó de integrar el bloque conservador, ¡y qué bueno porque ya no hay simulación!”
López Obrador agregó que pese a lo anterior, la política energética de su gobierno “apenas comienza” y, con esa perspectiva se preparó para la traición, pero sobre todo para fortalecer el petróleo, que la nación maneje este recurso, la industria eléctrica y el litio. Y la vía para ello, añadió, es la democrática, tener cada vez más votos.
–¿Dejaría esa tarea para la siguiente administración?
–Sí, sí, que los candidatos o el candidato que surja de nuestro movimiento lo plantee, lo vuelva a plantear. Y lo mismo en el caso del petróleo para cuando termine el sexenio.
El mandatario asumió el hecho como triunfo para la democracia, “para demostrar que vivimos en un auténtico estado de derecho, que no hay un presidente autoritario, que no hay corrupción, que se garantizan las libertades. Es espléndido un momento así, es un momento estelar”.
A la pregunta de si no lo siente como un revés para su gobierno, respondió con el resultado de una encuesta publicada el pasado fin de semana, donde aparece como el segundo jefe de Estado con más aceptación en el mundo.
De la propiedad de los más de cien contratos que se otorgaron a empresas nacionales y extranjeras en las rondas petroleras, definió que él ha cumplido sus compromisos (de no anularlos), pero su sucesor podría echar mano incluso de herramientas de la democracia participativa –como la consulta ciudadana– para preguntarle al pueblo qué hacer al respecto.