Al morir, la donación del cuerpo para la docencia y la investigación científica puede ser otra manera de trascender, sobre todo al “ayudar a mejorar la salud de los mexicanos”, señaló Diego Pineda Martínez, responsable del Programa de Donación de Cuerpos de la Facultad de Medicina de la UNAM. Indicó que en casi seis años este proyecto, que inició con alrededor de 23 donantes, hoy suma 3 mil 856.
En entrevista, expuso que este programa es el único en su tipo en nuestro país, mientras en otras naciones de Europa y en Estados Unidos tienen más de 100. Refirió que el proyecto nació ante la necesidad de dejar de depender de los Servicios Médicos Forenses (Semefos) y frente a la Ley general en materia de desaparición forzada de personas, la cual entró en vigor en 2017 y que impide que los cuerpos de individuos sin identificar sean entregados a instituciones educativas.
Dicha situación, dijo, ha mermado en la cantidad de cuerpos con los que cuentan. Del total que recibía esta facultad, “90 por ciento ingresaban a través del Semefo y el resto a través del programa de donación”.
“Tenemos la responsabilidad de preparar y tener muy bien calificados a nuestros estudiantes tanto de pregrado como de posgrado y, aunque contamos con centros de simulación muy buenos, los cuerpos que son utilizados con fines de docencia e investigación son el simulador de la más alta fidelidad que pueda haber”, mencionó.
Pineda Martínez consideró que durante la crisis sanitaria como consecuencia del coronavirus, la enseñanza de los estudiantes no se vio mermada por la escasez de material biológico; sin embargo, reconoció que al ir retomando las actividades presenciales sí habrá una afectación.
“Por ejemplo, nosotros ya desarrollábamos cursos con muchos especialistas que venían a hacer prácticas. A esas personas ahora les tenemos que decir que no tenemos material.”
Respecto a los perfiles de las personas que donan su cuerpo a la ciencia, detalló que en promedio son individuos de entre 50 y 70 años, y que de ellos 80 por ciento son mujeres. Puntualizó que para formar parte del programa es necesario ser mayor de edad y “tener la libre convicción de donar tu cuerpo a la ciencia de manera altruista, ya que no se da nada a cambio”.
Existen algunos criterios de exclusión establecidos por la ley, indicó. “No podemos recibir a una persona que tiene abierta una carpeta de averiguación por homicidio o suicidio, a pesar de que haya firmado los documentos para donar su cuerpo. Tampoco podemos trabajar con enfermedades infecto contagiosas como VIH, tuberculosis activa y hepatitis C, ni con quienes fallecieron por covid-19”.
Para obtener mayor información, se puede consultar la página www.pdc.unam.mx