Zahara hace música desde alrededor de 20 años, en mayor medida de manera independiente. Aun así, ha logrado reunir a miles de personas en torno a sus canciones. Sin embargo, su más reciente álbum, Puta, ha sido probablemente el que más ruido ha hecho al menos entre diversos sectores de España, su país de origen.
El año pasado, el partido político de ultraderecha Vox censuró un cartel perteneciente a la gira de la artista que llevaba el mismo nombre que su disco, con el argumento de que el título y la vestimenta que utilizaba la cantante en referencia a una virgen católica insultaba a la figura religiosa; los promocionales en Toledo fueron retirados.
Durante un tiempo, el nombre y la imagen de Zahara atestaron las redes sociales, no sólo por la gira, sino por los temas que había decidido tocar en Puta. “En la música pop parece que hay que complacer, no molestar, pasar desapercibido, ser agradable”, criticó la cantante en entrevista. “Cuando rompes un poco esa barrera, y la gente te escucha, lo maravilloso es eso”.
Haber llamado la atención sobre temas que la han afectado de forma personal, ha sido para ella tanto positivo como necesario. “Ha sido una necesidad vital, no era una búsqueda de trascendencia o de llamar la atención, sino surgió en la pandemia. Empecé a escribir sobre abusos, maltratos de mi infancia, un intento de suicidio con 12 años, lo que plasmé en las canciones. No tuve miedo a contarlo”, señaló.
Esa mezcla de sentimientos hacen que la cantante tenga una opinión compleja acerca de su trabajo. “Es una mierda que tenga que existir un disco como éste. Estoy agradecida con todo lo que me ha traído, pero ojalá no hubiera tenido que escribirlo, que hablar de esas cosas ni haberme atrevido a hacerlo debido a una pandemia”, reprochó Zahara.
Aun con todo, el aislamiento le permitió que Puta fuera escrito. “Me hizo perder un poco la perspectiva social. Me olvidé de que habría gente al otro lado escuchando estas canciones. Entonces, parte de una honestidad tan bruta, que creo que también eso es un poco lo que se ha quedado plasmado en el disco”, estima.
Inseguridad
Aunque cuando terminó el disco, Zahara llegó a sentir inseguridad y duda de su lanzamiento, “no tenía idea de qué iba a pasar, porque cuando componía las canciones no era capaz de imaginarme a nadie escuchándolas”, con el tiempo Puta se ha convertido en una suerte de puente que la conecta con otras personas. “Mujeres me escribieron y contaron sus experiencias, desde cuán identificadas se sentían con lo que estaba haciendo, cómo dejaban de sentir la culpa por lo que habían pasado al oírme cantar”, relató.
Ese acompañamiento sirvió a Zahara como una suerte de terapia que comenzó cuando lanzó Merichane, sencillo que sirve como resumen del disco. “Recibí la escucha y los comentarios de otras mujeres que, al sentir compasión hacia ellas en lugar de juicio, en lugar de cargarlas de culpa, lo que sentía es que estaba a su altura, que ellas no eran culpables de nada y lo valioso que era que me lo estuvieran contando. Sentí eso hacia mí misma por primera vez”, agregó. Con la voz a punto de romperse, la cantante puntualizó: “Al no sentir nada negativo hacia ellas dejo de sentirlo hacia mí, y dije: ‘He necesitado esto’”.
Lo que terminó de motivar a la cantante fue una idea: “Cuando alguien abusa de ti y te callas, por desgracia, sólo estás protegiendo a la persona que te ha dañado, nunca a ti misma ni a tus padres, ni a tus amigos. Al soltarlo empiezas a protegerte a ti”, expuso.
Puta no sólo ha permitido que otras personas se vean reflejadas en Zahara; la cantante también ha podido reconciliar y abordar temas con su familia que de otra forma habrían sido imposibles de expresar. Al escuchar una de sus canciones, su padre logró conocer una parte de la cantante que hasta entonces había permanecido oculta, “y me sentí profundamente agradecida de tener un lenguaje universal, mágico, que me permitiera hablar con ellos de algo que jamás había podido hacer así”, explicó.
Por eso es que la música es una especie de lugar seguro para Zahara. “Me siento protegida por una canción. No sé qué sentido tiene, pero siempre pienso que es un escudo y un castillo, y es como que lo veo todo desde ahí y me siento amparada”, sostuvo.
Zahara se encuentra por segunda vez en México, pero es la primera vez que ofrecerá concierto, lo que implica tener que resumir 20 años de actividad. “Voy a intentar hacer un repaso por toda mi carrera y que de alguna manera también estén en mi concierto, no todas las evoluciones musicales, porque sería imposible, he ido cambiando. Al final como que la música dejo que me hable y me vaya modificando; voy creciendo con distintos estilos y géneros que escucho, y eso en mi música se nota”.
Más que un género, la constante de Zahara ha estado en la búsqueda y las ganas de aprender. “Creo que puedes ser poliamoroso con la música, no tienes que ser fiel a un estilo, sino debes nutrirte de ella, investigar y descubrirla. Cuanto más averiguo de un estilo, más lo incorporo a lo que hago, porque al final intento que mi música se nutra de eso”, argumentó.
Zahara se dice emocionada de presentarse en un país donde todavía tendrá que darse a conocer. La cantante estará el jueves en el Foro Indie Rocks de la Ciudad de México, y el sábado en el Centro Cultural 907 de Guadalajara, Jalisco.