Mientras los funcionarios dedicaban su tiempo a pedir la participación ciudadana en la consulta sobre la revocación de mandato, los reporteros de La Jornada daban cuenta de los severos problemas que por falta de agua potable padece la población en diversas regiones del país. Raymundo León, corresponsal en La Paz, Baja California Sur, señaló que Los Cabos, destino turístico con las tarifas de hotel más altas de México, tiene un déficit de 400 litros de agua por segundo. La red pública tarda hasta dos semanas en surtir a la población, por lo que es necesario enviar camiones cisterna a las colonias con costos de hasta 100 pesos por metro cúbico.
Al problema se suma la cartera vencida de mil 419 millones de pesos de los usuarios y que varios “desarrollos” inmobiliarios se roban el líquido. Para remediar en parte el problema, la legislatura estatal aprobó que la empresa coreana desalinizadora Promaqua, amplíe sus instalaciones construidas hace 15 años, a fin de incrementar su actual producción de 200 litros por segundo a 605 en 2024. Promaqua vende el líquido al ayuntamiento.
Por su parte, Martín Sánchez Treviño y Eirinet Gómez, informan sobre las protestas de los habitantes de las colonias Horacio Terán, Brisas, Marte Rodolfo Gómez, Altas Cumbres, Alta Vista, Esperanza y Echeverría de Ciudad Victoria, Tamaulipas, por la escasez de agua que padecen. Exigieron restablecer el servicio de tandeo, suspendido por las autoridades municipales. Los recibos por el consumo llegan a sus casas mientras carecen del líquido. Además la atención con pipas cisternas es insuficiente y los choferes les cobran por el agua.
El vital elemento falta en Ciudad Victoria desde hace 10 años, mientras aumentó la población. Dicha ciudad tenía garantizado el abasto hasta 2014 con agua de la presa Vicente Guerrero y los pozos artesianos. Debió construirse otra línea de abastecimiento en 2018; fue cancelada por la actual administración estatal, encabezada por Francisco García Cabeza de Vaca. Y mientras en esa entidad falta el agua, arde El Cielo, el área natural protegida más importante del noreste de México. Un incendio iniciado hace un mes ha consumido más de 4 mil hectáreas. Un desastre.
También la carencia de agua afecta a 45 colonias de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. Existe ya una considerable reducción de los niveles del río Jamapa, la principal fuente de abasto del asentamiento humano más importante de Veracruz. En tanto, las autoridades de Ecatepec, estado de México, denunciaron la existencia de grupos de delincuentes que extraen agua potable de tuberías para luego venderla en las colonias donde falta, especialmente en las nueve que hacen parte de la región 5 del municipio.
Mientras, en la Ciudad de México, vecinos de varias alcaldías (Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Tláhuac) han bloqueado importantes vías de comunicación (Circuito Interior, el Periférico, Calzada de la Viga, el Viaducto, Canal de Chalco, el Eje Central, Apatlaco) para exigir a las autoridades que abastezcan de agua sus colonias. Algunas, llevan más de un mes sin agua, o se las surten en pipas sin la calidad debida. En contraste, Tomás Pliego, líder de Morena en la ciudad, informó que apenas 5.8 por ciento de los más de 332 mil domicilios que pueden registrar un incremento en el pago del agua, consumieron más de 60 mil litros en el primer bimestre del año.
Se trata de 17 mil domicilios ubicados, por ejemplo, en Bosques de Las Lomas y Santa Fe. Cuentan con grandes jardines, albercas y jacuzzis. Consumen al día cuatro tinacos de 11 mil litros, mientras en las áreas populares, como Iztapalapa, es uno. Según Pliego, los habitantes de la capital del país consumen en promedio 21 mil litros de agua por bimestre, mientras los domicilios en zonas de alta plusvalía, supera los 93 mil. Estos grandes consumidores no deben recibir subsidio alguno y pagar el costo real del agua. En contraste, los pobres son los que más gastan en agua: como no la reciben en sus hogares en cantidad suficiente, deben cubrir el déficit con garrafones. Ello explica por qué México es el paraíso de las empresas embotelladoras del liquído.
Comienza la temporada de mayor sequía. Como siempre, serán los pobres los que más la sufran, mientras el Poder Legislativo irresponsablemente no aprueba una nueva ley de aguas que garantice su conservación y uso justo y eficiente.