Ciudad de México. Cantado el destino de la iniciativa de reforma eléctrica, cancelada la esperanza de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se entregara con sus votos, Morena comenzó a cobrarle al dirigente Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, la ruptura de las negociaciones.
Por ahora, la factura fue en el discurso, pero desde las filas del PT, Lilia Aguilar punzó: “Hay 3 mil 480 millones no aclarados en la cuenta pública de Campeche. Tiene una empresa que ‘limpió’ cuentas a Odebrecht”.
GALERÍA: Desechan diputados la reforma eléctrica.
Ignacio Mier, coordinador de Morena, negó que haya un expediente armado contra el legislador y ex gobernador de Campeche, pero en un dardo que tocó fibras en la bancada tricolor, deslizó: “Alito defiende intereses económicos y, como lo ha hecho en el pasado, sus moches. La gente lo sabe. Esa es su historia de vida”.
El debate se centró en cuál de los dos bloques traicionó a la patria con el sentido de sus votos, pero fue Alfredo Femat (PT), presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, quien redondeó: “Para nosotros, la patria es primero. Para ustedes, la patria es dinero”.
Morena, que en la actual legislatura había enfocado la disputa en San Lázaro con el PAN, en el Domingo de Resurrección enfocó las acusaciones de traición a la patria en Moreno Cárdenas y en el PRI.
Alito, quien comenzó su carrera política en el Frente Juvenil Revolucionario y de quien Enrique Peña Nieto decía que es tan necio que “podía matar un burro a pellizcos”, buscó devolver el señalamiento. Para él, la traición es de Morena y consiste en “el afán de instaurar un modelo de gestión que mete reversa a lo construido en el país”.
Pero Mier acusó que mientras la reforma propuesta por el Presidente da garantías de que a las empresas “no les van a pedir moches ni comisiones”, lo que no se atreve a reconocer el dirigente del Revolucionario Institucional son sus intereses económicos.
“¡Cárcel, cárcel!”, reclamaron desde la bancada guinda.
El tono de la confrontación en San Lázaro se desarrolló a lo largo de toda la sesión, que se prolongó hasta poco después de las 23 horas. Los dos bloques en que se divide la cámara tuvieron un primer encontronazo en el pasillo central.
Trepado en su curul, como en un encuentro de futbol, Alejandro Moreno orquestó la respuesta a los gritos de la bancada mayoritaria. “¡No va a pasar, no va a pasar!”
El lance del priísta derivó en un coro en el bloque mayoritario: “¡Traidores a la patria, traidores a la patria!”
Emmanuel Reyes (Morena) llegó vestido de trabajador electricista y, según diputadas panistas, borracho. En el jaloneo entre legisladores, Margarita García (PT) arrebató una cartulina a perredistas y la pisoteó.
Entre el roce que generó la cercanía, en el duelo con Morena, los priístas iniciaron el grito burlón: ““¡Quieren llorar, quieren llorar!” Los morenistas tomaron la mofa al vuelo y respondieron: “¡Quieren robar, quieren robar!”
De los gritos, pasaron a empujoncitos de la oposición en la tribuna, y el vicecoordinador de Morena, Leonel Godoy Rangel, fijó la regla que devino el debate: “El que se lleva, se aguanta…”
Como no ocurría en años para una sesión, y ante la necesidad de que cada bloque contara con todos sus integrantes, se presentaron 499 de los 500 diputados. La oposición durmió en las oficinas y se bañó en las regaderas del modesto gimnasio del sindicato de la cámara; Morena pasó la noche en un hotel cercano.
La única ausente fue la perredista Laura Fernández Piña, que está de licencia y no tiene suplente. De última hora, Jeu Ramón Márquez tomó protesta en lugar de Marco Flores (Morena), quien prefirió dar un concierto en Estados Unidos con su Banda Jerez. Su apotegma: “Gano más que familiares míos con doctorado”.
Todavía Ignacio Mier intentó apelar al sentido patriótico priísta, con el discurso de Adolfo López Mateos de 1960, en la nacionalización de la industria eléctrica: “Sólo un traidor entrega su país a los extranjeros”.
En su regocijo, Alejandro Moreno dijo a la bancada mayoritaria: “No saben la cara que se les ve, están moralmente derrotados”.
Para Mier, la de ayer fue “la votación más importante de esta legislatura” y para Alito “una derrota monumental” a la mayoría. BandAlito, lo llamó Óscar Cantón Zetina.
Hasta el pie de la tribuna, diputadas de Morena arrastraron un ataúd de cartón con las siglas de PAN, PRI y PRD. “¡Esclavos del imperialismo!”, endilgó Rosendo Medina Filigrana (Morena) a los opositores. A las 23:21, la reforma se desechó, pero a esa hora ya se había publicado en la Gaceta Parlamentaria la iniciativa presidencial en materia de litio, que se discutirá y aprobará este lunes.
Leonel Godoy anticipó la revancha: “Nos vemos mañana”.