Kiev. La ciudad portuaria de Mariupol parecía a punto de caer ante las fuerzas rusas ayer, después de siete semanas de asedio, acontecimiento que le daría a Moscú un éxito crucial en Ucrania días después de que se hundió el Moskva, su buque insignia en el Mar Negro.
El ejército ruso estima que unos 2 mil 500 combatientes ucranios resistían en Azovstal, enorme planta siderúrgica con un laberinto de pasadizos subterráneos, que era el último foco de resistencia en el puerto.
Rusia extendió de las 6:00 a las 13 horas su ultimátum para que se rindieran y ofreció que quienes depusieran sus armas tendrían “garantizada la vida”, pero Ucrania se mantuvo desafiante. Al cierre de esta edición había expirado el plazo.
“Todos aquellos que continúen resistiendo serán destruidos”, reiteró el mayor general Igor Konashenkov, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia. Añadió que comunicaciones interceptadas indicaban que había unos 400 mercenarios extranjeros junto con las tropas ucranias en la siderúrgica Azovstal, afirmación que no se pudo verificar de forma independiente.
La toma de Mariupol podría debilitar a los soldados ucranios en el este de Ucrania, donde Rusia ha centrado sus objetivos por ahora.
El asedio a la ciudad ha tenido un costo terrible. Las autoridades estiman que han muerto 21 mil personas. Sólo quedan 120 mil de una población que antes de la guerra era de 450 mil habitantes.
La conquista de Mariupol sería la victoria más importante para Moscú en lo que va de la guerra y permitiría que buena parte de las tropas rusas ahí se desplazaran a una batalla potencialmente culminante por el control del este industrial de Ucrania.
Si captura la ciudad a orillas del Mar de Azov, el Kremlin podría establecer un corredor terrestre hacia la península de Crimea, la cual le arrebató a Ucrania en 2014, y privar a Kiev de un puerto importante y sus preciados activos industriales.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, advirtió: “estamos preparados para luchar contra la Federación de Rusia durante 10 años”. En declaraciones a CNN, señaló: “no podemos renunciar a nuestro territorio, pero debemos encontrar una forma de diálogo con Rusia” y subrayó que “si hay una oportunidad de hablar, lo haremos, pero no sólo sobre el ultimátum ruso. Es imposible”.
Resaltó que “por muchas razones” considera “muy importante” la batalla por el Donbás contra las fuerzas rusas “que puede afectar el curso de toda la guerra”.
Zelensky detalló que una de las “mejores” unidades militares de Ucrania se ubica en el Donbás, por lo que es importante para el país preservar los territorios. “Es primordial ganar esa batalla”, recalcó.
Destacó: “no podemos renunciar a nuestro territorio, pero debemos encontrar una forma de diálogo con Rusia”.
En el mismo tenor, el premier ucranio, Denys Shmyhal, sostuvo que las tropas en Mariupol seguían luchando, a pesar de la exigencia rusa de rendirse. “La ciudad todavía no ha caído”, declaró al programa This Week, de la cadena ABC, al añadir que los soldados ucranios siguen controlando algunas partes de la ciudad.
La viceministra ucrania de Defensa, Hanna Malyar, afirmó que los defensores de Mariupol han frenado a las considerables fuerzas rusas que sitian la ciudad. Describió al estratégico puerto como “un escudo que defiende Ucrania” e impide que las tropas rusas avancen hacia otras zonas del país.
También afirmó que los rusos continúan los ataques aéreos sobre Mariupol y podrían preparar un desembarco anfibio para reforzar su contingente en la ciudad.
El mayor general Igor Konashenkov, vocero del Ministerio de Defensa de Rusia, aseguró que Kiev “prohibió las negociaciones de rendición” en momentos en que un gran número de fuerzas ucranias están rodeadas por el ejército ruso en la planta siderúrgica de Azovstal.
Dijo que los militares bloqueados les propusieron deponer las armas y salvar sus vidas, pero “el régimen nacionalista de Kiev, según una interceptación de radio, prohibió las negociaciones de rendición, ordenando a los nazis (del batallón) Azov que dispararan en el acto a todos los soldados ucranios y mercenarios extranjeros que quisieran deponer las armas”, aseveró Konashénkov. No mostró el material interceptado.
Konstantin Ivashchenko (al centro), ex director ejecutivo de la planta de Azovstal y recién nombrado alcalde prorruso de Mariupol, hace anotaciones, flanqueado por sus guardaespaldas, en Mariupol. La imagen fue captada hace unos días. Foto Afp.
Por otra parte, señaló que las tropas especiales rusas rescataron a unos musulmanes que estaban retenidos por los militares de Ucrania en una de las mezquitas de Mariupol.
Precisó que 7 mil “mercenarios extranjeros” procedentes de más de 60 países –la mayoría originarios de Polonia– han auxiliado a las fuerzas ucranias.
En otros frentes, el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania informó del hallazgo de un cuerpo más en un edificio bombardeado por las fuerzas rusas en Borodianka, al noroeste de Kiev, con lo que ya son 41 los fallecidos ahí.
El bombardeo ruso en otras ciudades incluyó una explosión en Járkov que destruyó una cocina comunitaria instalada por World Central Kitchen, organización del chef José Andrés para establecer fuentes de alimento en zonas de guerra y desastres. José Andrés tuiteó que el personal de la ONG estaba conmocionado pero a salvo y continuará brindando sus servicios.
Los medios de comunicación locales informaron de una explosión en Kiev, aunque el vicealcalde Mykola Povoroznyk comentó que los sistemas de defensa aérea habían frustrado los ataques rusos. El alcalde de la ciudad de Brovary, cercana a la capital, indicó que un ataque con misiles dañó la infraestructura. Rusia añadió que destruyó una fábrica de municiones cerca de la capital, según la agencia de noticias RIA, así como del derribo de dos cazas ucranios en las localidades de Fiodorovka y Zavodi en la provincia de Járkov. Estos reportes no fueron confirmados por fuentes independientes.
Las autoridades reportaron múltiples explosiones en el occidente y sur de Ucrania mientras que los soldados ucranios atrincherados en una siderúrgica en la asediada ciudad portuaria de Mariupol ignoraron un ultimátum ruso de rendición o muerte. Infografía Graphic News.