Indio. Sin cubrebocas ni restricciones sanitarias, miles de juerguistas de tangas, coronas de flores, cabellos coloridos y maquillajes llenos de diamantina disfrutaron el festival de Coachella, en el desierto de California. Después de una pausa de dos años por la pandemia, miles de fanáticos de una de las mayores fiestas de la música inundaron Indio, en el Valle de Coachella.
Billie Eilish, Megan Thee Stallion y Anitta brillaron en el encuentro, donde la brasileña Pabllo Vittar fue la primera drag queen en actuar en una de las mayores fiestas de la música.
La rapera Megan Thee Stallion fue una de las más esperadas. También destacó Anitta, quien anunció que bloqueó al presidente Jair Bolsonaro en Twitter tras un comentario irónico del mandatario sobre los colores de la bandera de Brasil que la artista utilizó en su espectáculo del festival.
La cantante, quien ha criticado al presidente otras veces, aseguró que no quiere atraer la atención hacia Bolsonaro en un año electoral. “Lo bloqueé enseguida para que los administradores de su cuenta no usen mis redes sociales para hacer alboroto en Internet”, justificó.
Todo comenzó cuando la artista pop subió al escenario el fin de semana vistiendo un conjunto verde, amarillo y azul, combinación presente en la bandera nacional que en los años recientes se ha asociado a grupos que apoyan a Bolsonaro y otros movimientos de derecha.
“La bandera de Brasil y sus colores pertenecen a los brasileños. Representan al Brasil en general. Nadie puede apropiarse del significado de los colores de la bandera de nuestro país”, tuiteó la cantante después del show, repleto de referencias de su país y a la cultura de sus favelas.
Hace tres años, Billie Eilish tuvo un comienzo inestable en su carrera en Coachella. Celebrado en el Teatro al Aire Libre del festival, el set de la entonces joven de 17 años se vio empañado por percances técnicos. De forma sorpresiva, el escenario de Eilish, ahora de dos décadas, es relativamente escaso: sin bailarines de respaldo, sin trucos. El enfoque estuvo en ella y en los múltiples invitados que recibió en el transcurso de la noche, como Damon Albarn, de Blur, o, como se le conoce en Estados Unidos, Damon Albarn de Gorillaz, deambuló a mitad de la canción, sin previo aviso, para unirse a ella, como para demostrar que Glastonbury no es el único festival donde puede aparecer cuando menos se lo esperan.
Su hermano y colaborador acostumbrado, Finneas, también se unió a ella en dos temas impactantes, Your Power y I Love You. Pero el florecimiento más vistoso de la noche se produce durante su contagioso único “ojos oceánicos”. De pie en una plataforma elevada por una grúa muy por encima de la multitud, Eilish fue iluminada por las luces de los teléfonos de abajo, un momento de trascendencia. Ahora puede agregar “Coachella headliner” a su asombroso currículum
“Coachella, ¿Están listas todas las chicas sexis?”, preguntó Megan Thee Stallion, quien recibió en respuesta una ovación. Vestida con un body y un corsé plateado, en un set futurista, con su hermosa melena suelta, y flanqueada por sus bailarines, la cantante de 27 años repasó sus éxitos, incluyendo Big Ole Freak y Body.
Sin embargo, en vez de su afinada cadencia, que a veces se desajustaba respecto de la voz de respaldo, fue su coreografía el plato fuerte del espectáculo.
“Camino y hablo como una chula porque lo soy”, afirmó en el Empire Polo Club.
Megan Thee Stallion no paró de animar a la marea de seguidores que se extendía a metros y metros de distancia de la enorme tarima con pantallas gigantes de alta definición.
De traje corto de dos piezas, brillante, y cubierto por una chaqueta, Vittar y sus bailarines desataron el delirio de las cientos de personas que llenaron el escenario Gobi, uno de los siete desplegados en el Empire Polo Club.
“Vamos a hacer historia esta noche”, agregó la brasileña antes de arrancar su presentación.
El público aplaudió y gritó sin parar, alcanzando al frenesí cada vez que ella movía las caderas.
La brasileña de 28 años era parte del cartel de la edición de Coachella 2020, cancelada por el avance del covid-19, y fue uno de los nombres en volver a ser invitado este año.
Cantó en español y portugués, pero se dirigió al público en inglés. “Mi nombre es Pabllo Vittar y soy una drag queen brasileña”, exclamó poco antes de la mitad de su actuación, con lo que desató una ovación.
“Muchas gracias a Coachella por hacerme la primera drag queen en cantar en el festival”, sostuvo.
El festival, que reúne a lo mejor de la música mundial durante dos fines de semana, fue el primero desde 2019 debido a la pausa obligatoria impuesta por la pandemia.
Con información de la Redacción