Monterrey, NL., En una despedida familiar, la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra fue velada por sus parientes más cercanos, quienes la recordaron como una de las primeras y más grandes referentes de la defensa de los derechos humanos, en especial de la presentación de los desaparecidos y el respeto a las libertades democráticas.
A la capilla cuatro del grupo funerario Hernández, en esta capital, llegó a media mañana su hija Rosario Piedra Ibarra, titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quien aseveró que la “lucha indómita” de su madre por 45 años nunca será olvidada.
Piedra Ibarra señaló en entrevista que su madre les dejó el legado de la lucha social y su principal ejemplo fue nunca rendirse, desde que su hijo Jesús Piedra Ibarra fue desaparecido en el contexto de la guerra sucia en los años 70.
Destacó que otro de sus legados fue que siguieran en la lucha, “que no cejáramos en nuestro empeño, y en eso estamos”.
“El mensaje postrero de mi madre fue que nos quería mucho, esa fue siempre su forma de expresar su cariño, siempre nos lo estaba diciendo”. Aunque su deceso tuvo repercusión nacional e internacional, descartó que el presidente Andrés Manuel López Obrador asista al sepelio. Remarcó que es una despedida familiar.
El fallecimiento de doña Rosario ocurrió la mañana del sábado en un hospital de Monterrey. La titular de la CNDH detalló que murió tranquila y en paz a consecuencia de su edad, pues tenía 95 años.
A las 16 horas de hoy será sepultada en el Panteón de Dolores, ubicado en el centro de Monterrey. Piedra Ibarra explicó que ahí están enterrados su padre, sus abuelos maternos y su hermano menor, fallecido en 2021.
Daniel Salazar Mendoza, integrante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (que la postuló a la Presidencia) y compañero en las luchas, lamentó el deceso de quien últimamente decía: “No me alcanzaron a regresar los soles que me robaron”.
Consideró que con su fallecimiento se cierra un periodo de lucha, pero se abre otro y están en curso otros movimientos que su lucha generó, pues por todo el país hay grupos en busca de los desaparecidos y de mejores condiciones para el pueblo de México.
Con su tesón se logró la localización de 100 desaparecidos políticos a los que rescató de cárceles clandestinas, y es que Rosario Ibarra, no sólo se centró en localizar a su hijo, “sino a todos los desaparecidos en aquellos años de la mal llamada guerra sucia”.