Gaza. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Palestina denunció ayer el “fascismo, malicia, odio y racismo” de las fuerzas policiales israelíes que el viernes “asaltaron” la Explanada de las Mezquitas y provocaron más de 340 heridos, “incluidos muchos niños”.
La “brutal ocupación” israelí “asaltó injustificadamente” el tercer lugar más sagrado del islam en el segundo viernes del mes sagrado del Ramadán “los golpes, detenciones y vandalismo dejaron cientos de heridos y detenidos”, acusó la dependencia diplomática.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) manifestó su satisfacción por la condena de varios países que responsabilizan al gobierno israelí, entre ellos Arabia Saudita e Irán, y pidieron el cese inmediato de la represión, pero criticó a todas las naciones cuya postura “no corresponde con las graves violaciones perpetradas por las fuerzas de la ocupación y el apartheid israelí”.
“Todos deben condenar esta agresión y no escudarse en declaraciones generales que protegen los comportamientos racistas”, acusó el Ministerio de Asuntos Exteriores palestino. Comparó este escaso posicionamiento con el desmedido apoyo internacional a Ucrania frente a la operación militar rusa.
Al menos 344 palestinos resultaron heridos y unos 400 fueron arrestados el viernes en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén y Cisjordania, indicaron autoridades médicas y judiciales locales.
Al menos 50 mil musulmanes, la mitad procedentes de Cisjordania, llegaron a la mezquita de Al Aqsa para las oraciones del mediodía después de que tuvo lugar un enfrentamiento de seis horas en el lugar entre los palestinos y la policía israelí el viernes, considerada como la peor escaramuza en Jerusalén desde que comenzó el mes de Ramadán, el primero de abril, publicó el diario Haaretz.
Horas antes, durante la madrugada, cientos de personas habían salido a protestar en la ciudad árabe de Umm al-Fahm, en Israel, contra los disturbios, lo que dejó siete detenidos, incluidas tres menores.
Los inconformes protestaron y bloquearon la entrada en la ciudad árabe en solidaridad con los fieles palestinos arrestados y heridos en el Monte del Templo el viernes, reportó el diario The Times of Israel.
Según el periódico The Jerusalem Post, los uniformados habrían utilizado granadas de aturdimiento para dispersar a los manifestantes después de que arrojaran piedras e incendiaran neumáticos en la zona.
Estos enfrentamientos coinciden con el inicio de la Pascua católica y la Pascua judía, la Pésaj, y se producen después de semanas de tensión en Israel y Cisjordania, territorio ocupado en 1967. Desde el 22 de marzo, Israel ha sufrido cuatro ataques que dejaron 14 muertos.