Durban. Las lluvias que cayeron ayer en Sudáfrica ensombrecieron el cielo, empañaron las esperanzas de un avance de las tareas de rescate y aumentaron la amenaza de que nuevos deslaves, tras las inundaciones que dejaron casi 400 muertos y 13 mil 500 damnificados. Hay 398 personas muertas y 27 están reportadas como desaparecidas. La mayoría de las víctimas de las tormentas que comenzaron el fin de semana pasado se concentraron en la región en torno a Durban, una ciudad portuaria de la provincia de KwaZulu-Natal, que da al Océano Índico.
Puseletso Mofokeng, miembro del Instituto Nacional de Meteorología, explicó a la AFP que aunque la lluvia actual es menos abundante, como el suelo ya está saturado de agua, podría haber muchísimas más inundaciones.
“Vamos a concentrarnos en las urgencias médicas”, explicó Garrith Jamieson, director de los equipos de rescate y salud.
Todavía hay decenas de personas reportadas como desaparecidas y el ejército desplegó helicópteros y a más de 4 mil policías en las tareas pertinentes. Las autoridades reiteraron que dan prioridad a atender emergencias médicas pues, tras seis días de lluvias, son mínimas las posibilidades de encontrar sobrevivientes.
Las precipitaciones torrenciales arrastraron porciones enteras de caminos y decenas de edificaciones de infraestructura colapsaron. El operador público de transporte intenta restablecer los principales ejes y la prioridad es reconstruir los puentes que al desplomarse dejaron aisladas a algunas regiones de la ciudad de más de 3.5 millones de habitantes.
Los hospitales, con alta demanda de atención de urgencias, resultaron con daños y al menos 58 instalaciones de salud registran “afectaciones graves por las inundaciones”, según el gobierno provincial. Cerca de 4 mil viviendas fueron arrasadas y hay más de 13 mil 500 damnificados que quedaron sin techo. Las autoridades organizaron albergues de emergencia pero faltan plazas y hay personas durmiendo en sillas o en planchas de cartón en el suelo. Los víveres escasean pues mucho se ha podrido por la humedad.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, calificó la tragedia de hechos “nunca vistos” en el país y se declaró el estado de catástrofe, con lo que su gobierno desbloqueó fondos de emergencia por 63 millones de euros y el millonario sudafricano Patrice Motsepe donó 1.9 millones de euros. Las lluvias también golpearon la provincia vecina de Cabo Oriental y hubo inundaciones también en la zona de la ciudad costera de Port Saint Johns.