Ciudad de México. Son cuatro décadas desde que Daniel Giménez Cacho comenzó su trayectoria en la actuación “por un afán de no ser yo, de salir a la arena pública disfrazado de un personaje, de darme cuenta que la máscara que te pones, saca lo que realmente eres, porque te atreves a hacer cosas que no harías sin ella”.
El también director de escena de teatro, cine y televisión, contó a La Jornada, sobre la prolífica carrera que ha consolidado en 40 años, la cual lo mantiene activo, sin tregua. Actualmente protagoniza al camaleónico Howard Beale en la obra teatral Network y hace poco filmó con Alejandro González Iñárritu la cinta Bardo, la cual aún no tiene fecha de estreno, donde encarna a un periodista. “Es una reflexión sobre México, el periodismo y la individualidad de este personaje que está en un cambio muy fuerte”.
Entre otros proyectos adelantó que espera “levantar y conseguir financiamiento para un guion –que se titula Juana– el cual quiero dirigir. Es una historia íntima y personal sobre una periodista en un contexto de persecución, violencia y asesinato; siempre me ha admirado e intrigado por qué alguien decide sacrificar su vida para hacer su trabajo y luchar por la verdad”.
Daniel Giménez Cacho, nació en 1961, en Madrid, España, pero radica en México, desde los dos meses de edad. Es actor, director y productor; ha participado en más de 50 obras de teatro; en cine suma más de 60 películas y cinco premios Ariel y ha trabajado con cineastas como Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Pedro Almodóvar, Arturo Ripstein, Jorge Fons o Lucrecia Martel, entre otros.
Las cuatro décadas de trayectoria, dijo Giménez Cacho, “han sido un proceso de aprendizaje, de autoconocimiento y de perfeccionamiento del oficio; he trabajado en conocerme, saber realmente quién soy, en esencia".
La pandemia –comentó– “me ayudó a entender cuánto vínculo tenía con el mundo de afuera, así como el poco que tenía conmigo mismo, el cual recuperé en este tiempo. Y ahí seguimos, en ese lugar desde donde interpreto mis personajes; ahora busco ser un vehículo, de lo que diga el director, de lo que representa el personaje socialmente o como estoy cada día. Es estar en el presente y reaccionar a las circunstancias que establezca el guion o la situación. Así he evolucionado en cuarenta años” en este oficio.
“¡Apaguen sus televisores y vuélvanse libres!”
Sobre Network, dirigida por Francisco Franco Alba, que está en temporada en el Teatro de los Insurgentes, el actor aceptó que al encarnar al conductor de noticias “encontré tantas cosas que me resonaron; me pongo chinito cada noche al decírselas al público, así espontáneas, sin ningún matiz, son cosas que me salen de la entraña y disfruto mucho”.
Por ejemplo, continuó, en escena se le escucha decir “¡apaguen sus televisores y vuélvanse libres!; ¡la televisión es un puto circo, aquí no hay nada de verdad! o ¡si ustedes quieren saber algo sobre la verdad, mejor acudan con su Dios o su gurú!”.
Puntualizó: “En esta obra es muy interesante la reflexión que se hace sobre dónde estamos 50 años después de cuando la televisión se volvió en el control de masas, de las opiniones y del consumo. Entonces, la pregunta es, ¿hemos empeorado o evolucionado? Ésto hoy se traslada a las redes sociales, donde cada uno de nosotros nos hemos vuelto nuestro propio ejecutivo, que nos autoexplota”.
El tema de la televisión “se volvió control planetario; si lo piensas hay cuatro o cinco dueños de las redes, que están controlando el mundo, hay una guerra informativa y sobre la narrativa de la verdad, muy fuerte. En muchos aspectos hemos empeorado, el Internet abrió algunos espacios de democratización, de las voces, pero la lucha sigue ahí, el tema central es cómo nos colocamos frente a estos poderes corporativos tan enormes”.
Sobre Howard Beale quien anuncia su suicidio al aire “lleva 25 años conduciendo el programa, al verse despedido del canal cambia de perspectiva, pero ya tiene desórdenes síquicos, abuso de alcohol y todo esto se le detona. En la obra se observa cómo transita por diversos estados, y sobre todo, la cadena televisiva al ver que genera rating lo usa, sin importarle su salud, pues tiene que vender, vender y vender”.
–Has comentado que tu vida actual no la cambias por nada. En este sentido, ¿qué significa México para ti?
–México es mi cuna, mi casa, el lugar que me permitió desarrollarme con las características que tengo, es de una diversidad y complejidad tal, que nos obliga y nos enseña a ver la realidad, muy enriquecedora y aprendes a ser más inclusivo, abierto.
El actor destacó: “México es como un milagro. Uno se pregunta, cómo es que seguimos funcionando, pues porque hay una energía y una fuerza –que efectivamente– no la cambio por nada. México me enorgullece, pero también me entristece. Hay momentos que veo la cantidad de violencia e inercia que impide el cambio. Pienso: hoy lograremos salir del hoyo y hacer de éste un país más justo, democrático; pero no veo el cambio que se requiere, el cual sin duda, va a tardar mucho”.
Incluso “a veces no veo los primeros pasitos, por lo menos, en el sistema de justicia, en la lucha contra la corrupción o el proyecto educativo para las futuras generaciones. Tampoco veo un programa cultural que sea incluyente, diverso, del tamaño del país”.
Sin embargo “existe esa fuerza y energía. A México le debo cómo me ha educado y la persona que soy. Eso no lo cambiaría por nada del mundo ni me iría a ningún lado, ni quiero salir de aquí, para nada”.
Mientras tanto Daniel Giménez Cacho encabeza el elenco de la “experiencia teatral inmersiva” Network, junto con Arturo Ríos y Zuria Vega en el Teatro de los Insurgentes (avenida de los Insurgentes Sur 1587), con funciones viernes 20 horas, sábados 17 y 20 horas y domingos a las 17:30 horas.