Las naciones que determinen vacunar a su población de 5 a 11 años de edad deberán hacerlo “solamente cuando hayan conseguido una alta cobertura vacunal con al menos dos dosis en los grupos prioritarios”, por lo cual únicamente se deberá aplicar a quienes, dentro de este grupo etario, enfrenten comorbilidades que los pongan en riesgo de padecer covid-19 y enfermar gravemente, indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En su actualización más reciente de las recomendaciones provisionales sobre la vacuna Pfizer-BioNtech, única con autorización para uso de emergencia en niños y adolescentes en México, destaca que, de acuerdo al Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés), el biológico es seguro en mayores de 5 años si se ajusta la dosis recomendada para niños de 5 a 11 años.
Destaca que en un ensayo de fase III en niños de 12 a 15 años, “el antígeno demostró gran eficacia y buena seguridad en este grupo etario, lo cual ha llevado a ampliar la indicación de la vacuna de los mayores de 16 a los mayores de 12 años”. En dicho ensayo en niños de 5 a 11 años “se demostró que el biológico ofrecía una respuesta inmunitaria y resultados similares respecto de la seguridad”.
En la hoja de ruta de la OMS para el establecimiento de prioridades en la aplicación de las vacunas, actualizada en enero pasado, se enfatiza que los niños y adolescentes sanos pertenecen al grupo de menor prioridad debido a su riesgo relativamente bajo de enfermedad grave, hospitalización y muerte. “Vacunar a este grupo etario es menos urgente que inmunizar a los adultos, en particular a los adultos mayores”.
Sin embargo, destaca que la inoculación de niños y adolescentes “tiene beneficios que van más allá de los relacionados con la salud, como por ejemplo minimizar las interrupciones escolares”. La decisión de vacunar a menores sanos debe tener en cuenta, afirma la OMS, el establecimiento de prioridades para proteger primero completamente a los grupos de mayor prioridad (como adultos mayores y trabajadores de la salud) mediante series de vacunación básica y, a medida que la eficacia de la vacuna disminuye con el tiempo, con dosis de refuerzo.
Antes de considerar la aplicación de una serie de vacunación básica en adolescentes y niños, indica el SAGE, “se debe tener en cuenta el uso del suministro de vacunas para lograr altas tasas de cobertura de la serie básica –y de las dosis de refuerzo, según sea necesario, basándose en las pruebas de disminución y optimización del impacto de la inmunización– en los grupos de mayor prioridad, como los adultos mayores”.