A menos que se produjera un vuelco espectacular en los posicionamientos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), las perspectivas del proceso sobre reforma eléctrica apuntan a una derrota legislativa para Palacio Nacional, Morena y sus aliados (aunque el vidente Gabriel Quadri tuiteaba ayer que ya son 11 los votos conversos al “sí” a la reforma). Si la política ha de medirse por sus resultados, y lo buscado no se consigue, por lo bajo significa una oportunidad perdida.
Sin embargo, está en marcha un reposicionamiento discursivo que busca convertir la probable insuficiencia numérica de este domingo en un proyectil político dirigible hacia la oposición, culpándola de la imposibilidad práctica de alcanzar objetivos que la corriente en el poder califica de patrióticos y, por tanto, a sus adversarios, de antipatriotas.
A esa narrativa de corte electoral (no sólo por los seis comicios estatales de junio próximo, sino por 2024) han colaborado factores estrambóticos como la descarada presión estadunidense, con el embajador del sombrero intrusivo por delante; el perfil proempresarial y favorable a lo extranjero que mantienen segmentos de la oposición votante en cámaras y, a pesar de su muy reducida valía política práctica, el PRD-lqq (lo que queda), que regaló a la denominada 4T una estampa cruda de intervencionismo a título cabildero, en este caso de nacionalidad italiana.
La presencia el pasado lunes del “asesor externo” (así lo calificó el propio PRD) Paolo Salerno en una curul de San Lázaro, al lado de la diputada federal del sol azteca Edna Díaz, mostró insensatez al incorporar a la plantilla de trabajo, así hubiera sido a título gratuito, a un especialista de nacionalidad italiana, partícipe de un comité de negocios de su país.
Pero a ese error original se agregó una evidente impericia perredista en control de daños: un despacho de relaciones públicas se encargó de presentar en algunos medios a Salerno con un aire de inocencia técnica que resultó poco convincente y la diputada Díaz se enredó entre declaraciones autoexculpatorias que fueron aplastadas por la evidencia documental de que su partido había gestionado la asistencia de Salerno y otro asesor para trabajar en el pleno legislativo con ella y con otro diputado perredista, Mauricio Prieto.
En la guerra de percepciones, ya vivida en cuanto al ejercicio revocatorio de mandato presidencial (que los oficialistas consideran un triunfo y sus adversarios un fracaso), lo que suceda este domingo (o el día exacto en que se desahogue el electrizado proceso legislativo) habrá de sumarse a ese inventario polémico, pero el Presidente de la República y sus aliados han instalado ya los términos retóricos futuros, tachando a los opositores como responsables de eventuales problemas de distribución y tarifas de energía eléctrica, de haber boicoteado una posibilidad histórica de cambio en favor del interés nacional y de haber servido a diversos intereses extranjeros.
En otro tema: preocupante lo sucedido ayer en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde grupos contrarios a la defensa del medio ambiente actuaron con violencia física ante una “reunión en la que la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores, explicaría los alcances del decreto de Hábitat Crítico para los humedales de montaña de más de 200 hectáreas, emitido el primero de abril” (notas de Elio Henríquez y de Angélica Enciso: https://bit.ly/37lF03t y https://bit.ly/37leOWK).
Hubo grupos de choque, golpearon al activista y académico León Enrique Ávila, y la secretaria Albores no pudo realizar la reunión prevista, en un ambiente enrarecido por intereses inmobiliarios y políticos representados por el presidente municipal, del Partido “Verde”. Como se vio ayer en San Cristóbal de las Casas, a escala nacional los intereses afectados por decisiones positivas de la Semarnat mantienen resistencia mediática, judicial y física. ¡Hasta el próximo lunes!
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