El inquietísimo cantautor, guitarrista, productor y empresario de Detroit, Jack White (John Anthony Gillis), vuelve al ruedo discográfico con un cuarto solista, en el que sigue desplegando sus dotes acrobáticas para la de seis cuerdas, así como su pasión permanente por el el hard-blues-rock de raíz, usualmente ejecutado con ataques frenéticos, acompañado por percusiones tanto de “rock de estadio” como punketonas, lo que le ha dado un sello característico, primero con The White Stripes (1997-2011) y después en solitario, aunque no ha podido evitar verter su estilo en las bandas paralelas The Raconteours y The Dead Weather.
Es difícil que White, un obsesivo de la perfección, edite un disco malo; si acaso alguno con más brillo que otro, pero deplorable jamás. O al menos así lo ha demostrado en los tres álbumes previos signados bajo su nombre: el bello, versátil y semiacústico Blunderbuss (2012); el magnífico, explosivo y multilaureado Lazaretto (2014); el explorador y delicioso Boarding House Reach (2018), que aun siendo diferente a lo antes hecho y de calidad, pasó algo desapercibido. Quizá por ello, en su primer álbum de 2022, Fear of the Dawn (promete publicar una saga en julio: Entering Heaven Alive), White vuelve a varios de sus pasos comunes y a esos sonidos con los cuales se le suele identificar, sobre todo en las composiciones y los asaltos a la guitarra, aunque con arreglos y timbres diferentes, como retahílas de pedales digital-espaciales y arpegiadores, en sentido inverso a los sonidos análogos a los que fue mucho tiempo afín, sin por ello abandonar sus clásicos órganos mágicos. Compuesto durante los dos años de pandemia, este nuevo par conceptual se divide en un primer disco ruidoso, fiero, y un segundo más tranquilo, a decir de él mismo, aunque éste podrá oírse hasta el verano.
Mientras tanto, lo que ya puede escucharse es esta chulada rocanrolera de altos decibeles y desprolijos aporreos a las cuerdas, la cual gira alrededor de un concepto: la eosophobia, término griego que significa fobia o miedo al amanecer: de ahí el nombre del plato. De hecho, dos de los mejores temas del disco se llaman así, Eosophobia (deliciosa cadencia dub con toques progresivos) y Eosophobia Reprise (también proto-progre), mientras el resto de los títulos juega con los estadios que rodean a tal experiencia claroscura: Into the Twilight, Dusk, Morning Noon and Night (exquisita, también de las más altas, con grandes solos), The White Raven y la que nombra al disco. La magia de la noche con algo de rapeo, aparece en la canción/ritual Hi-De-Ho con Q-Tip de invitado. Sabrosura trepidante y maciza con What’s the Trick?. Cariz taciturno con Shedding my velvet, tema con el que cierra, como puente al disco que le seguirá. Respecto de las letras, el ánimo es acorde, en su ya acostumbrada estética azul, cabello incluido: blue de tristeza, blues como el género, azul de madrugada, azul pesadilla noir. Paradójicamente, aunque la idea del miedo y la tristeza prevalece, no es un disco apesadumbrado, sino histérico, urgente, en el mejor de los sentidos; divertido, gozoso.
Acaso su parte floja sea que en unos cuatro temas se repite a sí mismo, respecto de las últimas composiciones con los White Stripes, con lo cual se ve que quiere recuperar viejos adeptos, aunque con ello pierda en creatividad. Con todo, se trata de un disco harto agraciado; intranquilo, paranoico, claustrofóbico, que te golpea en la tatema, te llama a la agitación interna y a seguirlo respetando como uno de los más emblemáticos y notables preservadores del rock clásico de su generación.
Rafa Acosta. Zahara. Punk femenino. Wadley. Saturno 2000.
Viernes 15. Energía punketa femenina con: Fryturama, Niña Diablo, Las Pijamas y Tooth. Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma). 20 horas, $100.
Sábado 16. 1. Tardeada con puro clásico del rocanrol en español, con la leyenda viviente Rafael Acosta (ex Loco del Ritmo); muy recomendable. Segundo Piso Live (Av. Azcapotzalco 608, frente a la Casa de Cultura); 17 horas, $200. 2. Pachefest! Charlas, talleres, expo-venta, música, todo en torno a la cannabis. En vivo: Disco Bahía y Soy Emilia. Foro Indie Rocks! (Zacatecas 39, Roma); 12 a 21 horas. Detalles: www.pachefest.com. 3. Fiesta de lanzamiento del disco compilatorio Saturno 2000, que reúne música legendaria africana de fusión sicodélica y analógica. Indie Rocks (dirección citada); 22 horas, $250.
Jueves 21. 1. Wadley, banda mexicana de camada reciente, de elegante pop-rock, comienza a sobresalir en el circuito chilango. Departamento (Álvaro Obregón 154, Roma). 22 horas, $150. 2. Altamente recomendable, la cantautora española Zahara, cuyo electro-pop fascinante contrasta con sus letras duras, derruidas, inteligentes; destacan sus discos Santa (2015) y Puta (2021). Foro Indie Rocks (dirección citada), 22 horas, $380.
Twitter: patipenaloza