En agosto de 2009, Sonia Sotomayor se convirtió en la primera latina y la tercera mujer designada a la Corte Suprema de Estados Unidos. En varios libros ella y otras personalidades describen la historia de la magistrada, nacida en el Bronx; su estancia en Princeton y los obstáculos que venció para lograr tan alto cargo. Entre ellos, el trasfondo racial de su nominación en un país en el que el número de habitantes de origen latino crece diariamente.
Por sus claras posiciones progresistas y en favor de los derechos civiles, en especial de las mujeres, Sonia Sotomayor es un icono estadunidense contemporáneo. Caso contrario al de Amy Coney Barrett, integrante de la Corte desde 2020 a propuesta del ex presidente Donald Trump. Ella milita en el grupo cristiano conservador People of Praise, abiertamente opuesto al aborto, al matrimonio homosexual y otras conquistas logradas por la sociedad civil estadunidense.
Con la designación de Amy Coney Barrett, se consolidó una mayoría conservadora en el alto tribunal: seis contra tres liberales. Un desbalance que no se presentaba desde hace 90 años, en tiempos del presidente Franklin Delano Roosevelt. El grupo conservador de entonces votó contra varias reformas de Roosevelt que buscaban paliar los severos daños que causaba a la población la crisis económica de 1929.
La semana pasada, y a propuesta del presidente Joe Biden, fue elegida como integrante de la Corte Suprema Ketanji Brown Jackson. Es la primera mujer negra que ocupa un asiento en el máximo tribunal, marcado desde siempre por sus integrantes blancos. Cubre la vacante que dejó Sthepen Breyer, de tendencia progresista.
Jackson nació en un hogar de clase media y se graduó con máximos honores en la Universidad Harvard. En un tiempo trabajó de reportera e investigadora para la revista Time en Nueva York. Ha sido una brillante defensora de los derechos civiles y, cuando era jueza en Washington, emitió fallos favorables sobre dos leyes muy importantes: la federal del medio ambiente y la que protege a las personas con discapacidades.
Como parte de la minoría liberal en la Suprema Corte, abordará temas de gran trascendencia, como las restricciones al derecho al voto impuestas por los republicanos, el derecho constitucional al aborto, el fin de la política de cuotas raciales en las universidades y la tenencia de armas por particulares.