Carlos Miguel Aysa González hizo su carrera política (siempre a nivel estatal) en el Partido Revolucionario Institucional, la parte más conocida de ella como parte del equipo de Alejandro Moreno, el gobernador de Campeche que, al optar por la presidencia nacional del PRI en junio de 2019, dejó durante poco más de dos años a su entonces secretario general de gobierno como sustituto.
De un tono político absolutamente discreto, Aysa González perdió y ganó en el tramo final de su gubernatura: perdió la sucesión ante la morenista Layda Sansores, quien venía con todo el apoyo de Palacio Nacional, pero, al igual que sucedió con la sonorense Claudia Pavlovich y el sinaloense Quirino Ordaz, recibió premio de compensación, al ser postulado para embajador de México en República Dominicana, cargo aún pendiente de aprobación en el Senado.
También ganó con la candidatura a diputado federal por vía de representación proporcional de su hijo, Miguel Ángel Aysa Damas, quien, carente de cualquier antecedente político relevante, dedicado a la gerencia de empresas hoteleras, fue elegido a los 23 años de edad a nombre del PRI.
Ayer, en el aire aún el destino diplomático de su padre, Aysa Damas anunció que votará a favor de la reforma eléctrica el próximo domingo, lo cual llevó a sus correligionarios de tres colores a etiquetarlo como “traidor” y al morenismo y sus aliados como una especie de héroe cívico converso.
Ha habido otros momentos de rupturas partidistas favorables al obradorismo que han sido pagadas con gubernaturas, tal cual fueron pactadas (con lamentable resultado, a juicio de este tecleador): Miguel Barbosa, prototipo del peor perredismo llevado a Morena, en Puebla, y Ricardo Gallardo Cardona, con denso historial judicial, en San Luis Potosí a nombre del Verde.
Habrá de verse si el joven Aysa Damas tiene en su futuro algún incentivo marca 4T, aun cuando no es seguro que su defección sea acompañada por algún grupo significativo de priístas. En el fondo pareciera que la aritmética legislativa adversa a la reforma eléctrica se mantiene en pie, en espera de materializarse a partir de este domingo.
En otra cara del poliedro legislativo-eléctrico, el italiano Paolo Salerno saltó a una discutible y efímera fama al aparecer sentado en una curul de San Lázaro junto a una diputada del Partido de la Revolución Democrática, Edna Díaz, campeona mundial de taekwondo en 2005.
Bajo asedio de intereses extranjeros la reforma eléctrica, el ciudadano italiano (con pretensiones de obtener la naturalización como mexicano) aportó una estampa de evidencia de tales cabildeos o asesorías.
Salerno asegura que es un “asesor filantrópico” (puede verse una entrevista con él en https://bit.ly/36aL0LM ), es decir, que no cobra un peso por sus servicios, a los que define como estrictamente técnicos, sin implicaciones políticas, aunque fue invitado por Luis Cházaro, coordinador de la pequeña bancada perredista, para ser “parte del personal del grupo parlamentario del PRD”, como lo muestra el oficio https://bit.ly/3xsbDHx , con el cual se solicita el acceso de él y José Orozco Contreras para asesorar “dentro del pleno” a los citados Díaz y Prieto.
El perfil de Salerno incluye ser asesor de la cámara italiana de comercio y, según dijo, sus conocimientos técnicos sobre electricidad y energéticos son puestos a disposición del partido o grupo que desee. Ha dicho que llegó a México en el contexto del Pacto por México, en 2013.
El otro asesor, Orozco Contreras, es un guanajuatense que ocupó el mismo cargo con Mauricio Prieto cuando éste era coordinador de diputados locales perredistas en Michoacán, con Leonel Godoy como gobernador. La especialidad de Orozco es la comunicación política y asegura que no tiene “nada que ver con cabildeo o asuntos de esa naturaleza”. ¡Hasta mañana!
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