En México se estima que al menos 6 mil personas padecen de hemofilia, un trastorno hereditario en el que la sangre no coagula de la manera adecuada, por lo que produce sangrados internos o externos. Se considera que al menos 60 por ciento de los casos detectados son graves.
En el marco del Día Mundial de la Hemofilia, que se conmemora cada 17 de abril, especialistas alertaron sobre la necesidad de impulsar una detección y tratamiento oportuno de la enfermedad que afecta principalmente a los hombres, aunque se estima que 20 por ciento son mujeres que enfrentan síntomas de la enfermedad y requieren tratamiento.
Datos de la Secretaría de Salud señalan que entre los signos comunes de la hemofilia están las hemorragias en diversas partes del cuerpo: en las articulaciones, debajo de la piel (que se pueden apreciar como moretones), en los músculos y los tejidos blandos, en la boca y las encías, después de recibir inyecciones, en la cabeza del recién nacido después de un parto difícil, en la nariz (frecuentes o difíciles de detener), así como sangre en la orina o en las heces.
Las personas con hemofilia tienen bajos niveles de las proteínas encargadas de hacer que la sangre coagule de manera adecuada, llamadas factores de coagulación. Lo anterior sucede por una mutación o cambio en uno de los genes que da las instrucciones para producir las proteínas del factor de la coagulación necesarias para formar un coágulo de sangre.
La doctora Laura Villareal, especialista en hemofilia, destacó la importancia en el diagnóstico temprano de esta enfermedad, ya que puede causar debilitamiento y dolor profundo, principalmente en las articulaciones.
Afectaciones físicas y sicosociales
Destacó que los pacientes pueden experimentar sangrados espontáneos o excesivos después de una herida o lesión. Aunado a ello, es posible que presenten afectaciones físicas y sicosociales, como limitaciones para realizar acciones físicas y ejercicio, lo que impacta en el estado anímico o provoca la exclusión de ciertas actividades sociales.
La hemofilia, dijo, se presenta en varios tipos según la proteína que les haga falta para coagular correctamente. La hemofilia tipo A, conocida como la “hemofilia clásica”, es la más común y afecta al factor VIII de la coagulación.
