La llegada de Estefany Correa como delegada de Programas de Desarrollo para el Bienestar en la Ciudad de México ha significado supuestas prácticas de “amiguismo y nepotismo”, como lo demuestra el nombramiento de personas cercanas a ella en calidad de coordinadores en las alcaldías o el que hermanos de su ex pareja sentimental tengan injerencia en las labores de la Secretaría de Bienestar (SB) sin estar contratados como servidores públicos.
Así lo afirmaron integrantes de los servidores de la nación (SDN) de diversas alcaldías de la capital del país, quienes señalaron que los métodos de trabajo de la funcionaria son “menos cercanos” con los beneficiarios de programas sociales, al desaparecer las visitas casa por casa y solicitar documentos de inscripción con “criterios exagerados”.
En entrevista con La Jornada, en la cual solicitaron el anonimato por temor a represalias, un grupo de trabajadores subrayó que desde su arribo al cargo de delegada estatal en la Ciudad de México –en julio de 2021, para sustituir a Cristina Cruz Cruz–, Correa García designó a los coordinadores en las alcaldías con el criterio central de que fueran sus “amigos”.
De igual manera, los empleados inconformes aseguraron que en las oficinas centrales de la delegación estatal de la SB en la capital, ubicadas en la calle de Lucerna, tienen una “gran injerencia” los hermanos de la supuesta ex pareja sentimental de Correa, el ex diputado Emmanuel Vargas Bernal.
Según los denunciantes, al inmueble de Lucerna acude de manera frecuente Diana Maribel Vargas Bernal, a quien los empleados al parecer se refieren como “jefa” o “subdelegada”. El mismo trato diferencial, aseguraron, reciben Grace, Jesús y Aurora Vargas, aunque ninguno aparece como servidor público en el portal Nómina Transparente.
Los SDN lamentaron que la llegada de Correa significó abandonar la estrategia de acudir directamente a los domicilios de los beneficiarios de programas sociales para recabar datos o darles sus tarjetas, al tiempo que la entrega de documentos por parte de los usuarios se volvió “más burocrática y menos flexible”.
Este diario consultó a la SB para conocer su postura, pero hasta el momento no ha recibido respuesta.