Mariupol. Los separatistas prorrusos de la autoproclamada república popular de Donietsk negaron ayer informes acerca de un presunto ataque con armas químicas de las fuerzas rusas en Mariupol, como lo aseguró el lunes el Batallón Azov, dependiente del ministerio ucranio del Interior, al tiempo que el Pentágono reiteró que no tiene evidencias de que haya ocurrido una agresión con esa clase de arsenal, prohibido por las convenciones internacionales.
Un portavoz de los separatistas de Donietsk, Eduard Basurin, rechazó lo dicho por el grupo ultranacionalista Batallón de Azov, que sin presentar pruebas acusó a las fuerzas rusas de utilizar “una sustancia venenosa de origen desconocido” contra militares y civiles ucranios en la ciudad portuaria.
La viceministra de Defensa ucrania, Hanna Maliar, declaró que podría tratarse de fósforo, y aseguró que se va a investigar.
El vocero del Pentágono, John Kirby, admitió antier que no tenía pruebas de un ataque químico en Mariupol, y un alto funcionario de esa depedencia que requirió el anonimato sostuvo ayer: “no podemos confirmar el uso de agentes químicos en este momento.”
El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, aseguró ayer que tiene “información creíble” sobre la posibilidad de que Rusia utilice “agentes químicos” en su ofensiva contra Mariupol. “Las fuerzas rusas podrían usar gas lacrimógeno mezclado con químicos que reforzarían los síntomas para debilitar e inmovilizar a los combatientes y civiles ucranios”, agregó, si bien señaló también que esto no ha sido confirmado por Estados Unidos.
El portavoz de la diplomacia estadunidense, Ned Price, aseguró que Washington está “dispuesto a ayudar” a las autoridades ucranias en su investigación, en la que también participa Gran Bretaña. El secretario de Estado para las Fuerzas Armadas de Reino Unido, James Heappey, aseguró que los países occidentales tienen “todas las opciones sobre la mesa” para responder a Rusia en caso de haber utilizado armas químicas.
La Unión Europea recordó que utilizar elementos químicos constituye un crimen de guerra y aseveró que sigue de cerca las denuncias.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas señaló que tanto Rusia como Ucrania son firmantes de la Convención sobre Armas Químicas de 1997 sobre el desarme de este armamento.