Hay quienes necesitan caminar al borde del abismo para encontrar el equilibrio. Cuando el vacío llama desde el fondo, recuperan las ganas de vivir, como el Real Madrid, capaz de remontar un partido que parecía perdido ante el empuje y ambición del Chelsea, que en una explosión de soberbia estuvo a punto de eliminar al conjunto merengue, ahora semifinalista de la Liga de Campeones.
El resultado fue una secuencia de asombros. El Madrid había conseguido un 3-1 en el duelo de ida de los cuartos de final que el propio entrenador del Chelsea, el alemán Thomas Tuchel, reconoció que parecía improbable de revertir. Quizás esa holgura fue lo que dejó expuestos a los merengues. El marcador del duelo de vuelta 2-3 en favor de los londinenses, pero insuficiente para evitar ser eliminados y dejar un global de 5-4, el boleto a semifinales para los madridistas.
Empezar con esa desventaja tras la ida ya era un reto que intimidaría a cualquiera. No para los Blues, cuyo arrojo los empujó a hacerse de la pelota e imponer un ritmo frenético y de futbol de última generación.
El Real Madrid, apoltronado y con la bolsa abultada, dejó hacer a los visitantes en el estadio Santiago Bernabéu. La labor de los madridistas parecía la de un centinela y no la de un equipo ofensivo que no se llena con nada.
Pese a que la eliminatoria parecía sentenciada tras el triunfo blanco por 3-1 en Londres hace una semana, el Chelsea fue capaz de darle la vuelta con los goles de Mason Mount (al minuto 15) y de los alemanes Antonio Rüdiger (51) y Timo Werner (75).
Eso era un libreto inesperado en cualquier otro escenario, no en el serial de la Champions, donde la realeza de futbol puede regalar actuaciones inolvidables.
Con ese resultado, un 3-0 en contra y en el Bernabéu, el Madrid parecía arruinado, además con un gol anulado al jugador del Chelsea, Marcos Alonso en el 64, y una clara ocasión fallada por Kai Havertz al 78.
Pero ahí surgió la épica merengue. Los blancos forzaron primero la prórroga con el tanto de Rodrygo cuando llevaba dos minutos en la cancha (80) y selló después su clasificación en el tiempo extra con un cabezazo de Karim Benzema (96).
Dos anotaciones que deben tanto a sus respectivos pases de una precisión exquisita. Primero fue Luka Modric, quien desde atrás divisó un punto que sólo él y Rodrygo imaginaron. La pelota llegó puntual y el remate del brasileño fue impecable.
El segundo gol del Madrid fue tras un pase retrasado, milimétrico, de Vinícius, que Benzema remató con la eficacia que lo representa, ya en el tiempo extra.
Una victoria que enfila al Real Madrid rumbo al título 14 del torneo continental; a la espera del triunfador entre el Atlético y Manchester City.
“Es una noche increíble otra vez, un partidazo en el Bernabéu, una derrota que sabe muy dulce. Hemos sufrido, pero no nos rendimos hasta el final”, declaró tras el partido el mediocampista Luka Modric.
“Creo que a pesar de ir perdiendo 0-3 no hemos hecho mal partido; sin embargo, el Chelsea metió todo lo que traía y nosotros seguimos peleando, confiábamos en darle la vuelta al resultado, el entrenador ha hecho buenos cambios que modificaron el partido”, añadió el croata, elegido el mejor del partido.
“Siempre duele perder, pero este es el tipo de derrotas que podemos digerir, porque no dejamos nada que lamentar. Hemos jugado como queríamos, demostramos la calidad y el carácter que tiene este equipo. Hemos merecido pasar”, reivindicó por su parte el técnico del Chelsea Thomas Tuchel.
(Con información de Afp)